Soldado de la niebla
FANTASÍA HISTÓRICA
 
     
 
 
 
 

SOLDADO DE LA NIEBLA
Soldier of the mist
(1986)

Gene Wolfe

Editorial:
Martínez Roca (1988)

Colección:
Gran Fantasy

Núm:
---

Páginas:
312

Lecturas relacionadas:
Soldado de Arete


Otras ediciones:

1992 Martínez Roca, Gran Fantasy (tapa dura)

1991 Círculo de lectores

 
     
Soldado de la niebla

Hace más de dos años que tenía esta lectura pendiente y si hasta ahora no me he lanzado a leerla es en parte porque en los últimos tiempos diversas obras de temática griega han llegado a mis manos como es el caso de Ilión y Olympo de Dan Simmons, la magnífica Señores del Olimpo de Javier Negrete o la obra gráfica de Frank Miller, 300, y la impactante película homónima. Quería descansar un poco de tanta cultura griega, al menos hasta hace una semana cuando decidí atacar Soldado de la niebla.

Gene Wolfe es un autor que no pone las cosas fáciles al lector, al menos mi anterior experiencia (La quinta cabeza de cerbero) así lo evidencia. Y Soldado de la niebla, a pesar de no adentrarse en intríngulis argumentales tan complicados como el de la novela mencionada no deja lugar a frivolidades y a mucha diversión. Wolfe plantea una novela culta, reposada, que huye de la épica y de la diversión para centrarse en una ambientación muy esmerada. De hecho, éste es uno de sus puntales: La recreación en clave fantástica de la Grecia clásica, en las postrimerías de la Segunda Guerra Médica, concretamente el año 479 a. C. Atrás queda la famosa batalla de las Termópilas - últimamente en boca de muchos gracias a 300- sucedida un año antes y a la que la novela le rinde homenaje en un capítulo, o el enfrentamiento naval de Micala donde la flota persa fue destruida por los griegos.

Un ingrediente que introduce el autor para ambientarnos mejor es el hecho de que los topónimos geográficos (ciudades, mares, montañas) y el de muchas de las ciudades-estado sean presentados como debieron nombrarlos los griegos de entonces. Así los espartanos son cordeleros o la ciudad de Atenas es nombrada Pensamiento, el Peloponeso es la Isla roja y los dioses griegos reciben nombres muy diferentes a los actuales. Todo eso enriquece la lectura pero ¡Atención! También provoca más de un quebradero de cabeza para el lector pues si ya teníamos una cierta cultura sobre mitología griega y sobre el mundo helenístico en general, estos nuevos nombres nos pueden hacer marear en más de una ocasión. Parece que Wolfe haya querido escribir la más realista de las novelas fantásticas ambientadas en esta época.

Latro es un mercenario que ha estado luchando en el ejército del Gran Rey (Jerjes), o sea bajo el estandarte persa que en los últimos años ha pretendido incorporar las polis griegas a su grandioso imperio (aunque algunas ya eran aliadas de los persas). Pero Latro es herido en batalla y sufre una enfermedad extraña y fascinante: olvida todo aquello que ha vivido cada día de manera que para recordar quién es y donde se encuentra tiene que escribir continuamente sus vivencias e impresiones de todo lo que lo rodea. De esta manera se convierte en un testimonio perfecto a través del cual el autor nos narra los últimos meses de esta segunda oleada de persas atacando tierras helénicas.

Por otra parte, sin embargo, a Latro se le ha concedido un don: la capacidad de ver y hablar con los dioses que todavía corren por la tierra observando y a veces influyendo en los deseos de sus creyentes. No se trata de una relación tan marcada como la que podíamos encontrar en novelas como Señores del olimpo, El Ciervo Blanco o La Maldición, pues aquí los dioses y los seres fantásticos juegan un papel mucho más sutil, pero a la vez más extraño. Sinceramente el rol de la lamia que acompaña a Latro durante buena parte de la novela se me escapa, quizás porque no entiendo su finalidad o porque el mismo Wolfe no sabe explicarlo lo bastante bien. En todo caso este es uno de los síntomas que la lectura de Soldado de la niebla no siempre llega a todo el mundo y que puede convertirse en un pequeño rompecabezas.

Nuestro protagonista recurrirá buena parte del territorio continental griego y la península del Peloponeso como esclavo de los atenienses o de los espartanos y contribuirá a que podamos conocer de forma muy viva las diferentes maneras de pensar de los ciudadanos de diversas polis, así como el día a día de algunos de sus habitantes. Pero como decía anteriormente a Wolfe no le interesa ofrecernos relatos épicos o dramas sobre la guerra, más bien busca que el lector se adentre dentro de la cultura helénica ... pero eso comporta presentar una historia donde pasan pocos hechos destacables, donde a pesar de su calidad literaria, los capítulos se van arrastrando sin que nuestro protagonista devenga clave ni sus relaciones especialmente meritorias ... en definitiva, la prosa es densa en muchos momentos y también confusa y sólo un argumento tan bien planteado como éste nos hace seguir adelante para descubrir los misterios que rodean la figura de Latro.

Por desgracia el volumen no es autoconclusivo y continúa con una segunda parte, Soldado de Arete donde supongo las aventuras de Latro quedarán mejor acabadas. En el 2006 también se publicó en inglés un tercer volumen de la serie de Latro, titulado Soldier of Sidon que ahora mismo no parece tener ninguna traducción en camino (a pesar de haber ganado el World Fantasy Award).

Eloi Puig, 17/03/08

 

Premios:

1987 World Fantasy Award

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