Lo Mejor de los premios Nebula
CF- ANTOLOGÍA
 

LO MEJOR DE LOS PREMIOS NEBULA
The best of the Nebulas
(1989)

Varios autores

Editorial:
Ediciones B (1994)

Colección:
Nova

Núm:
61

Páginas:
832


   
Lo mejor de los Premios Nebula

Los premios Nebula son unos de los más prestigiosos premios que se entregan anualmente a los EE.UU., votados por los integrantes de l'Asociación Americana de Autores de Ciencia Ficción (SFWA). O sea, que los propios escritores y editores valoran los relatos y novelas que les han parecido más interesantes (Siempre en lengua inglesa). Esta antología, conducida por Ben Bova, un editor americano que parece ser bastante reconocido en aquellas tierras ha intentado ir más lejos: Escoger "Lo mejor de lo mejor": Las mejores obras ganadoras de los premios Nebula publicadas entre 1965 y 1985. Así pues, tener en las manos una antología que se titula Lo Mejor de los Premios Nebula ya es de por sí una garantía de calidad.

Las novelas no han cabido (cómo es lógico) de manera que se han incluido el resto de las categorías: Novela corta, relato y relato corto. Curiosamente ninguna obra de los 80 ha pasado la criba, de manera que esta Crême de la crême está compuesta por obras de los 60 y de los 70.

Obviamente, como toda antología, encontraremos obras increíbles y otras que no entendemos como se han podico incluir. Las temáticas son diversas aun cuando predominan las historias de viajes en el tiempo o relacionadas con el tiempo: He aquí el hombre, El vuelo del dragón, Houston, Houston, ¿Me recibes?, ¡Coge ese zepelín!, Jeffty tiene cinco años… pero también encontramos cuentos con aires distópicos (El día antes de la revolución, ¡Arrepiéntate Arlequín!, dijo el señor TicTac) o otras de temática fantástica (Los dos cuentos de Leiber, El Vuelo del Dragón o la flojita De Niebla, Hierba y Arena), incluso algunos con carácter marcadamente feminista como Cuando cambiaron las cosas y Houston, Houston, ¿Me recibe?. En definitiva, algo de todo en una antología que nos dejará un sabor agridulce por incluir cuentos oblidables y no incluir verdaderas obras maestras también ganadoras del Nebula. (Ah! Si Leiber levantara la cabeza!)

Este compedio me ha servido para conocer autores nuevos, para consagrar otros y para evidenciar una vez más la opinión negativa que tengo de alguno en particular. Así pues, Lo Mejor de los Premios Nebula me ha hecho descubrir a Harlan Ellison, a James Tiptree, Jr y a Anne McCaffrey como autores a tener mucho en cuenta.

De Harlan Ellison sólo puedo decir que bondades. Hasta tres obras suyas han sido escogidas por entrar en este "top". En la primera, ¡Arrepiéntate Arlequín! Dijo el Señor TicTac, Ellison nos presenta una fábula con aires distópicos pero escrita con un estilo simpático y apto por todos los públicos. Una historia sencilla pero efectiva que busca una reflexión por parte del lector, una implicación. Una historia con referencias a obras cumbre como 1984 pero con un lenguaje divertido y llano, es un buen cuento sobre la esclavitud del tiempo y sus implicaciones, sobre la revolución y sobre el libre pensamiento. Posiblemente influyera a aquellos magnífica obra juvenil que es "Momo" de Michael Ende.

Más adelante encontramos Un Muchacho y su perro, una verdadera obra de arte , una historia post-apocalíptica sobre vagabundos y perros telápatas narrada con fuerza, con una prosa viva, violenta, directa. El autor nos trae directamente este futuro devastado y decadente con un cuento rompedor que trata tanto de la violencia, como de la amistad.

Y finalmente Jeffty tiene cinco años, un cuento melancólico y nostálgico que trata de reojo un problema de naturaleza temporal: Jeffty hace más de 20 años que tiene 5 años (literalmente): No crece y su vida queda estancada a esta edad, pero además es capaz de escuchar programas de radio de veinte años o ver películas de la misma época. Ellison nos lleva a leer una de las fábulas más originales que recuerdo. Es como leer un homenaje a nuestra infancia pero con dando ánimos por seguir adelante, para pensar que el futuro tampoco es tan malo. Ellison vuelve a demostrar su imaginación y su valía, pese a tener un final no del todo clarificador.

También me ha sorprendido muy gratamente James Tiptree, Jr (Pseudónimo de Alice B.Sheldon) ya que un anterior relato suyo no me había gustado (La muchacha que estaba conectada). Una especulaculación interesante sobre la vida de un ser alienígena es el tema central del relato Amor se el plan, el plan se la muerte, deliciosamente escrito por esta escritora. Un relato que me ha gustado por su calidad literaria dónde los pensamientos narrados en primera persona del protagonista juegan con una historia bastante innovadora dónde los protagonistas exclusivos son alienígenas. Quizás la historia pierde fuerza por el hecho que la vida de estos seres se asemeja mucho a la de algunos insectos y arácnidos de nuestro planeta, pero repito que la fuerza y el sentimiento en que Tiptree ha escrito este cuento me ha dejado un magnífico recuerdo.

Tiptree nos vuelve a dar una lección de como escribir una buena historia, en este caso de viajes en el tiempo en la novela corta Houston, Houston, ¿Me recibe?. Esta obra es una de las mejores de la antología, tanto por su estructura como por el argumento en sí. Tiene una estructura repleta de flash-backs que nos introducen en los momentos más tensos de la historia dándonos por sabido cómo acabará, pero también reservándose una buena sorpresa final. El encuentro por parte de unos astronautas de un mensaje radiofónico en un lugar dónde no tendría que estar es el punto de partida de un cuento original y aclapador, que envalentona a la autora a realizar un ejercicio de crítica sobre el hombre y sus instintos primarios

Y otro descubrimiento inesperado ha sido Anne McCaffrey y su El Vuelo del Dragón. Para mí ha sido la verdadera sorpresa de la antología. Una buena historia fantástica sobre dragones y viajes en el tiempo que te engancha casi desde el principio. Escrita con tensión nos explica los problemas que tiene la civilización de Pern por enfrentarse a unos fenómenos catastróficos que hacen peligrar la vida al planeta. Con la ayuda de sus dragones y de un descubrimiento inesperado habrán de hacerles frente. Hasta hoy no había leído nada de esta autora pero me ha gustado mucho cómo ha mezclado la fantasía más pura con temas propiamente típicos de la Ciencia Ficción más catastrofista y con las paradojas temporales. Una novela corta que invita a leer más sobre la autora.

Los escritores consagrados para mí como Leiber, Martin o Silverberg no me han decepcionado, al contrario, se han consolidado más con una serie de relatos que van de lo interesante a la obra maestra. Sin ir más lejos, el inigualable Fritz Leiber presenta dos cuentos: Un relato fantástico (Voy a probar suerte) magníficamente escrito - como siempre- pero también poco desarrollado. Con una idea entre extravagante y delirante nos muestra una partida de dados con alicientes sobrenaturales; y una obra como ¡Coge ese zepelín! que se convierte en una mezcla de viatje en el tiempo y ucronía dónde un peatón de Nueva York se encuentra de pronto en un 1937 alternativo y en el cuerpo de otra persona. Un cuento narrado con un estilo muy suave dónde los hechos suceden casi sin querer, de forma fluida y sin obstáculos. Es un cuento dónde abundan las descripciones detalladas, como le gustan a Leiber, pero que también intenta aportar un factor sorpresa sobre el protagonista de manera que mantiene una intriga in crescendo. También es cierto que el final puede parecer algo apresurado, pero el resto de la historia está explicada con la maestría innata de Leiber.

Silverberg no se queda corto y con la magnífica Pasajeros vuelve a demostrar su maestría con esta obra que combina un adictivo argumento con la sencillez de su planteamiento: La Tierra ha sido invadida desde hace unos años por unos seres que poseen a los humanos durante horas o días y después los abandonan. Estos no recuerdan lo que han hecho mientras han sido poseídos. La situación es tan habitual que los humanos se han empezado a acostumbrar, pero nuestro protagonista de pronto recuerda con quien ha estado tras la última posesión.
Silverberg, con un estilo fluido y con una prosa muy armónica nos introduce paulativamente en el drama que viven los poseídos. Ya incorpora algunos elementos característicos de su obra como la disección de los pensamientos de los protagonistas. El primero cuento premiado de su carrera y dónde ya se adivina su talento. Uno de los mejor cuentos cortos que he leído.

Por su parte George R.R. Martin nos presenta un relato que mezcla la ciencia ficción y terror de manera magnífica: Los Reyes de la arena. Una historia sobre vida alienígena, sobre el placer de sentirse Dios, un cuento más en la onda de un Stephen King. Un personaje bien posicionado compra un terrario con una serie de animales parecidos a los insectos que se ejercen realizando combates rituales entre ellos y esculpiendo la cara de su "Dios" en castillos de arena (su Dios es la mano que los alimenta, o sea el hombre). Lo que no sabe el comprador es que estos seres son mucho más inteligentes de lo que parecen. Narrado con fluidez, es un cuento que te engancha desde la primera página y del cual Martin sabe hacer un buen uso.

Michael Moorcock también me ha sorprendido con He aquí el hombre. Moorcock es mucho conocido por sus novelas de fantasía épica pero es la primera vez que leo algo de él relativo a la ciencia ficción. Y en esta ocasión nos presenta una novela corta sobre un viaje en el tiempo a la época en que murió Jesús. Moorcock propone una trama diferente sobre lo que pasó en Jerusalénen el año 33 de nuestra era. Pero creo que lo esencial de la historia es más que aporta una buena dosis de reflexión sobre los parecidos y las diferencias entre religión y ciencia de manera que adopta un cariz más profundo.

Y hablante de carices profundos, la novela corta La persistencia de la visión de Jhon Varley es un buen ejemplo. Este autor nos presenta una obra mucho original que pretende hacernos dar cuenta de nuestras carencias pero también de nuestra capacidad de superación. Un viajero entra sin quererlo en una comunidad de sordo-ciegos totalmente autosuficiente; Una comunidad utópica que le enseñará el lenguaje táctil de las manos, nuevas formas de comunicación y el sentimiento de pertenecer a un col.lectivo muy íntimo. Tenemos ante nosotros una obra muy ambiciosa, dónde se describen los sentimientos a partir del tacto, dónde el autor pretende dotar de un cariz místico la mencionada comunidad y dónde se hace un pequeño ensayo sobre un nuevo tipo de lenguaje, totalmente táctil. No deja de ser poco creíble según los cánones actuales, pero al menos es un cuento que aporta ideas y estimula la imaginación.

También ha habido lugar por las decepciones: Por empezar, Roger Zelazny, del cual ya no le tenía demasiada simpatía, a raíz de la decepción de Tú, el Inmortal y que esta antología ha acabado de reafirmar como un autor que no me gusta: Ni Las Puertas de su cara, Las lamparas de su boca, una narración intrascendente de Zelazny ambientada en un Venus imposible que se inspira en el mito de Moby Dick para describir una relación amorosa en plena aventura marítima. Confusa, mal estructurada y con un estilo, como mínimo, arriesgado. No me ha gustado. Ni tampoco El que da forma, otra obra fallida de Zelazny. No entiendo muy bien el porqué. La idea es bastante interesante y hay pasajes que te enganchan pero este autor no estructura bien sus obras y aún peor: No las sabe acabar. El argumento de esta novela corta gira en torno a un médico que ayuda a sus pacientes a superar traumas a través de una técnica de realidad virtual expresada a través de su mente. Una idea muy válida aliñada con detalles de calidad pero que no lleva a ninguna parte. Zelazny vuelve a fallar al final y deja la obra confusa y desordenada.

El para mí desconocido Samuel R. Delany tampoco lo he acabado de apreciar bien. Por un lado tenemos Por Siempre y Gomorra, un cuento corto que arranca un algo desordenado y con un estilo trepidante pero que poco a poco el autor va cogiéndole el ritmo y nos abre la puerta a una curiosa especulación de naturaleza sexual en un futuro no mucho lejano. Interesante por alguna de las hipótesis que da al respeto. Y por otra parte El Tiempo entendido como una hélice de piedras semipreciosas, una obra oblidable en muchos sentidos. La verdad es que no puedo afirmar que la haya entendida al 100%, me ha parecido como si Delany le quisiera dar un sentido metafórico a la vida del protagonista, pero realmente no aporta nada nuevo. Mejor pasar página.

Por suerte, tenemos otras obras más interesantes como El día anterior a la revolución dónde la Señora Le Guin vuelve a profundizar con algunos de sus temas preferidos: La política-ficción, el feminismo, los sentimientos íitimos… con este cuento (antecesor de la obra Los Desposeidos) nos lleva a la mente de una revolucionaria en los últimos años de su lucha particular. Una obra enfocada más hacia la búsqueda interior de respuestas, hacia el sentido de la vida que no hacia a los aires distópicos a que apunta.

También aprueba el cuento Escultura lenta. Mi primero contacto con Sturgeon no ha sido demoledor pero tampoco del todo decepcionante. Otra obra metafórica, una relación entre un médico y una paciente que obre preguntas y que nos lleva a reflexionar sobre el papel de los científicos. Una critica sobre el estado actual de la sociedad y de las multinacionales que paran los proyectos interesantes si no pueden sacar beneficios. Todo esto narrado con un estilo sobrio en un cuento que a la vez tiene momentos delicados y íntimos.

Dejo para el final tres narraciones menores (aunque no tanto como las de Zelazny y Delany) como son: Cuando cambiaron las cosas, (Joana Russ). Sencillo cuento con aires feministas que explica el reencuentro entre la humanidad y una civilización perdida compuesta por mujeres. Curioso y bien escrito, incluso algo original pero le falta algo de fuerza para ser recordado. El argumento da para una mayor extensión del relato.

Clifford Simak nos plantea el viejo tema de la inmortalidad en La Gruta de los ciervos danzarines, un relato corto escrito con gracia, con ganas, adictivo, pero con un final muy común y nada trangresor dónde un arqueólogo descubre unas pinturas rupestres muy poco comunes.

Y también De De Niebla, Hierba y Arena (Vonda McIntyre), un relato intrascendente sobre las artes curativas de una serie de serpientes. Más cerca del fantástico que de la Ciencia Ficción. Una historia bien escrita, sin pretensiones, pero que no crea complicidad con el lector.

 

Premios:

Todas las obras han ganado el premio Hugo

 

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Relatos que contiene esta antología:
1965 (R) Las Puertas de su cara, las lámparas de su boca - (Roger Zelazny)
1965 (RC) ¡Arrepiéntate Arlequín! Dijo el señor TicTac - (Harlan Ellison)
1965 (NC) El que da forma - Roger Zelazny-
1967 (RC) Por siempre y Gomorra -Samuel R Delany-
1969 (RC) Pasajeros - Robert Silverberg-
1967 (NC) He aquí el hombre -Michael Moorcock-
1972 (RC) Cuando las cosas cambiaron - Joanna Russ-
1967 (R) Voy a probar suerte - Fritz Leiber-
1968 (NC) El Vuelo del dragón - Anne McCaffrey-
1973 (RC) Amor es el plan, el plan es la muerte -James Tiptree, Jr-
1969 (R) El tiempo considerado com una hélice de piedras semipreciosas - Samuel R. Delany-
1969 (NC) Un muchacho y su perro - Harlan Ellison-
1974 (RC) El día anterior a la revolución - Ursula K. Leguin-
1970 (R) Escultura lenta - Theodore Sturgeon-
1976 (NC) Houston, Houston, ¿Me recibe? - James Tiptree, Jr-
1975 (RC) ¡Coge ese zepelín! - Fritz Leiber
1973 (R) De Niebla, Hierba y Arena- Vonda McIntyre-
1978 (NC) La Persistencia de la visión -Jhon Varley-
1980 (RC) La Gruta de los ciervos danzarines -Clifford D. Simak-
1979 (R) Los Reyes de la arena -George R.R. Martin-
1977 (RC) Jeffty tiene cinco años -Harlan Elisson-
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