Ante dioses indiferentes
TERROR CIENTÍFIC  
     
 
 
 
 

ante dioses indiferentes
(2024)

Ivan Ledesma

Editorial:
Dolmen
(2024)


Colección:
Stoker

Núm:
---

Páginas:
328

Ilustrador:
Hécor R. A.

 
     
Ante dioses indiferentes

Ya hace tiempo que el nombre de Iván Ledesma retruena por doquier y es que en los últimos meses sus títulos nos llegan por todos lados y de eso no me quejaré. Leí por primera vez a Ledesma hace unos años cuando su Negorith ganó el premio Joaquim Ruyra. Hasta después de la pandemia no me reencontré con el autor con su recopilación  Compte! Conté contes! y hace poco con su encomiable novela policíaca 3 días en la calle del ciprés. Pero como sabéis, el barcelonés es una máquina que aparte de guionizar films de éxito cada vez más se está volcando más en cultivar su carrera literaria.

Así que este primer semestre de 2024 encontraremos obras suyas como A ambos lados del espejo (publicado en catalán y castellano) o la novelette Fam (ambas todavía en la pila) pero la novela que tratamos aquí hoy es una de esas aventuras que, a mí, particularmente me dejan boquiabierto y que enseguida me emocionan. Estoy hablando de Ante dioses indiferentes, publicado por Dolmen que en pocos días tendrá también su edición en catalán, que saldrá en la misma editorial.

Ledesma nos transporta a la España profunda (algo literalmente, ya veréis), a un pueblo de las montañas de Teruel que queda aislado durante unos días por una nevada intensísima nunca vista. Una aldea con poco más de un centenar de habitantes, tranquila, donde las gentes arrastran sus propios talantes y la vida sigue... pese a la fuerte nevada que les bloquea el único paso por carretera que le da acceso. Y aquí, señores, es donde llegará el terror, un horror que viene de las profundidades y que nos empujará a seguir leyendo y leyendo sin parar de forma casi blasfema.

Y es que me atrevería a decir que Ledesma bebe un poco de diferentes autores y Stephen King, que es un referente suyo, no es una excepción. Simplemente ahora, el pueblecito donde ocurren cosas extrañas, donde cada vecino esconde un pequeño secreto y donde, en definitiva, recae el centro de atención, no está perdido por los campos de Maine... sino que se encuentra en el Teruel profundo. Y no, aquí no encontraremos vampiros... chocaremos con cosas más inquietantes.

En la primera parte del libro, Ledesma nos prepara para lo peor; tengo la sensación de que el autor es como un vampiro psíquico que se alimenta de nuestra curiosidad morbosa por saber qué y cuándo estallará el terror en el pueblo, en qué momento podremos sumergirnos en las entrañas de una trama meticulosamente preparada para crearnos ansiedad. Porque Ledesma es paciente, actúa con cuidado, suelta frases lapidarias para que pienses que el próximo capítulo será el definitivo, el que abra las puertas del infierno. Pero no, el siguiente capítulo sigue haciendo crecer la tensión de forma constante e incluso suelta perlas, capítulos que podrían funcionar incluso como cuentos independientes de terror psicológico como la escena que comienza la página 71 y que empieza así:

Lloraba.
Como cada noche. Desconsoladamente. Mientras acariciaba la puerta cerrada. Arrodillado delante de ella. Arreglándose, aunque fuera un poco, por todo lo que había hecho. Por todo lo que iba a hacer. Por lo débil que había sido, lo débil que era y sin duda por lo débil que volvería a ser.”

La estructura de la novela es muy notable: Capítulos cortos de pocas páginas y una muy adecuada división de escenarios que subdividen la trama entre el presente, el pasado y el futuro. Porque la novela es un pequeño tratado de cómo encaminar el horror sin ser excesivamente explícito, cómo modelar nuestras expectativas con pequeñas dosis de información que nos ponen alerta o nos remueven el estómago. Cómo, en definitiva, mantener una tensión constante en un libro de poco más de 300 páginas de principio a fin.

¡Ah! ¿Qué todavía no le había comentado el argumento del libro? No tengáis prisa.

El presente de la novela es estremecedor y comienza con una persona atrapada en un lugar malsano, con pilas de cuerpos a su alrededor... vivos la mayoría, casi muertos o malheridos todos ellos. Olores, pasos, carrizos inquietantes y también alucinaciones inciertas. Un infierno del que parece es imposible salir.

El futuro de la novela está deliciosamente espaciado en capítulos breves donde el gobierno español —y una sospechosa ministra cuyo nombre y apellido también provocan escalofríos— debaten cómo ha quedado de devastado cierto pueblo escondido entre las montañas y cómo habría que esconder al máximo las consecuencias de todo ello y también de lo otro... lo que el gobierno, cobarde, no quiere sacar a la luz.

Y claro, tenemos la narración en pasado, el grueso de la historia: El pueblo de Torreón del Risco, donde una interminable nevada propicia que se hunda una infraestructura en unas granjas, donde una familia custodia el cuerpo inerte del abuelo de la casa recién traspasado, donde la gente va desapareciendo dejando un rastro que nadie intenta ocultar, donde el silencio sobrecogedor de la nieve es peor que cualquier bramido y donde la falta de luz, la incertidumbre, el miedo, la ansiedad, la envidia y las leyendas locales se van apoderando de una comunidad que no sabe cómo gestionar lo que le viene encima.

Atrapados sin posibilidad fuga y con una pesadilla que estalla del lugar menos pensado, los habitantes del pueblo tendrán que tomar decisiones drásticas para tratar de sobrevivir. Una situación crítica que se convierte en desesperada a causa de un fenómeno natural extremo que propicia que el terror en forma de seres infames nos deje con los ojos aterrados. Me han venido desde reminiscencias del cómic americano con los sirvientes moloids, de Marvel hasta novelas más contemporáneas como Involución de Max Brooks que tiene una estructura algo similar.

Pero aquí, en Ante dioses indiferentes, Ledesma saca más partido a los personajes que son comunes y sólo en algún caso ligeramente estereotipados, pero que son parte fundamental de esta trama macabra. Quizá para mi gusto, la pareja de hermanos (que algunos reconoceréis) necesitarían un poco más de trasfondo pues tienen momentos que cuestan más de encajar pero sea como sea no afecta para nada a una novela que creo está siendo llamada a convertirse en un clásico del terror en nuestra casa.

Venga, corred a leerla. ¡Y recuerdad que en breve llega en catalán!

Eloi Puig
22/05/2024

 

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