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Tenía recuerdos muy vagos de esta novela del Mundodisco. Fue una de las lecturas que algún amigo me prestó cuando nos intercambiábamos libros de la saga por allá a mediados de los noventa. Y es que la edición en tapa dura de Martínez Roca era muy cara para nuestros bolsillos. Fue un volumen que, al no tenerlo físicamente en casa, al igual que me pasó más tarde con Imágenes en acción, no lo había vuelto a leer nunca más.
Como comentaba, mis recuerdos eran débiles: básicamente recordaba al personaje del Rechirero: un chico adolescente, prepotente y malcarado que hacía saltar por los aires los esquemas de comportamiento y la (in)eficiencia de los magos de la Universidad Invisible. Pero ahora que lo he releído, me doy cuenta de que es un libro importante por varios motivos: por un lado, es la primera novela que Pratchett escribió sobre Rincewind y su grupo fuera de los experimentos iniciales que fueron El color de la magia y La luz fantástica. Aquí, por primera vez, se adentraba en la saga de los magos de forma seria (1). Además, siempre hay que escuchar la voz del maestro, y él siempre defendió que la mejor historia para iniciarse en el universo del Mundodisco era precisamente esta novela: Rechicero.
Y es que esta historia comienza de forma memorable, con una de esas premisas que te hacen sonreír desde el principio: el octavo hijo de un octavo hijo puede llegar a ser mago. De hecho, eso es un requisito indispensable para serlo. Pero ¿qué pasaría si un mago tuviera hijos? ¿Y si tuviera ocho? Pues que el octavo hijo de un octavo hijo de un octavo hijo sería un Rechicero, un mago al cuadrado, una inmensa fuente de magia incontrolable, un cataclismo cósmico. Y esa es la sana razón por la cual no se permite a los magos tener relaciones sexuales... para evitar la posibilidad de que tengan... ocho hijos. Se entiende, ¿verdad?
Naturalmente, si la novela se titula Sortiller (Rechicero en castellano) es porque un mago no hizo demasiado caso a las sabias instrucciones de la naturaleza y se dejó llevar por sus instintos carnales. Pero gracias a eso, nos encontramos con una divertidísima novela del Mundodisco que me ha hecho reconsiderar —para bien— la saga de los magos, teniendo en cuenta que de los volúmenes que he leído, mi favorito siempre ha sido Tiempos interesantes.
Terry Pratchett nos acerca a las profundidades de la Universidad Invisible y sus estrictas normas. Descubriremos cómo se elige al nuevo Archicanciller, cómo son las reuniones de magos o cómo la magia puede manifestarse de muchas formas distintas. También sabremos por qué es mejor que los magos no dominen el mundo y se queden tranquilos, simplemente intentando matarse entre ellos para subir de nivel y escalar posiciones sociales.
“Decir que los magos manifiestan por naturaleza una competitividad saludable es como decir que las pirañas, por naturaleza, siempre tienen ganas de picar algo.”
Básicamente, la llegada del Rechicero a la tranquila vida de la Universidad Invisible supone insuflar magia de verdad a un lugar ya de por sí un poco inestable. Estamos hablando de que un exceso de magia no es bueno para nadie y de que el Mundodisco se enfrenta al Apocrifalipsis.
“Un exceso de magia podía hacer que el tiempo y el espacio se retorcieran sobre sí mismos, y eso no es una buena noticia para el tipo de persona que se ha acostumbrado a que cosas como los efectos vayan detrás de cosas como las causas.”
¿Y quién se encuentra en medio del lío e intenta huir a la mínima que intuye un poco de peligro? Sí, nuestro viejo amigo Rincewind, al que acompañan un Equipaje enamoradizo y personajes estrafalarios como, por ejemplo, Conina, hija del mítico Cohen el Bárbaro, que sería una guerrera brutal si no fuera porque sueña con cultivar su carrera de esteticista y peluquería. O también Nigel el Destructor, un aprendiz de bárbaro que tiene asma y sigue las instrucciones de un libro (ilustrado) que explica cómo convertirse en un héroe... bárbaro.
Toda esta pandilla, y algunos más, son los personajes que Pratchett utiliza para reírse de la magia y, sobre todo, de las estructuras de poder de quienes acaparan en exceso demasiados atributos y los convierten en seres casi divinos —de hecho, los mismos dioses del Mundodisco son expulsados por el Sortílego, para que os hagáis una idea de su poder—.
Rechicero es una reflexión divertida, que a veces se desequilibra un poco hacia la mitad de la narración, especialmente desatendiendo al Sortílego cuando toma posesión de la Universidad Invisible y rompe con las jerarquías de los magos. La acción entonces se concentra más en Rincewind y sus nuevos amigos, y quizá deja un poco de lado lo que ocurre en Ankh-Morpork y en la Universidad. Pero enseguida Pratchett reconduce la acción para ofrecernos un espectáculo de emociones mágicas.
Un volumen que, si bien no está a la altura de los mejores, cumple con creces con lo que podemos esperar de él: una divertida sucesión de aventuras y una reflexión minuciosa, marca de la casa.
La portada de Marina Vida... fantástica. De hecho, las que está dibujando para la saga de los magos son las que más me están gustando. Chapeau por la ilustradora. Y de Ernest Riera, el traductor, solo constatar que sigue haciendo un trabajo excelente traduciendo la obra de Pratchett.
¡Seguimos!
Eloi Puig
12/11/2025
(1) Es un decir, ¡ja, ja!
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