Esta novela resulta convincente para evidenciar que una contraportada
atractiva puede resultar una decepción con mayúsculas.
La contraportada te habla de viajes en el tiempo para combatir vampiros,
de encuentros históricos con personajes como Bram
Stoker, de aventura, de suspense
y ciertamente todas
estas características están incluidas al libro, pero
¡de qué manera!
Drácula desencadenado es una obra muy floja. Una
novela que combina la aventura con los viajes en el tiempo pero
de forma inconexa, con personajes planos, con situaciones ridículas
y con un estilo sin fuerza, sin convicción. Brian Aldiss
no sabe como plantear la novela ni como desarrollarla. Tiene una
idea y la explota sin el menor asomo de equilibrio. Tanto nos encontramos
con capítulos aburridos que no aportan nada a la obra como
con otros rapídisimos que te dejan boquiabierto por lo mal
redactados que están.
A favor del autor se tiene que decir que el planteamiento de base
es interesante: El origen de los vampiros en una era cretácica
y su posterior evolución, pasando por mitos como el del conde
Drácula. Pero esta visión científica se estronca
enseguida por una prosa inconsistente y por unos personajes planísimos.
Aldiss no cuida ni siquiera los detalles: como el hecho que los
protagonistas hablen la misma lengua en diferentes siglos y en lugares
futuros muy alejados del dominio del inglés. Por si fuera
poco, las paradojas temporales tampoco acaban de estar del todo
atadas. El mismo viaje en el tiempo es infantil y previsible.
En resumen, una novela casi para olvidar, una decepción
con todas las de la ley que más que ser un homenaje a Bram
Stoker y su Drácula resulta una pobre revisión del mito vampiresco, escondido
esta vez bajo un ambiente de ciencia ficción.
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