Neverwhere
FANTASÍA
 
     
 
 
 
 

neverwhere
Neverwhere
(1996)

Neil Gaiman

Editorial:
Obscura Editorial
(2022)


Colección:
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Núm:
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Páginas:
416


 
     
Neverwhere

Mi relación con Neil Gaiman siempre ha sido abrupta y sin un seguimiento intrínseco de su obra. Hasta el punto de que,si dejamos de lado aquella notable novela juvenil que fue Coraline, ésta es la primera novela íntegra que leo del autor. Porque mis anteriores experiencias fueron tan desiguales en el formato como lo evidencian la novela que escribió a cuatro manos con sir Terry Pratchet, Buenos presagios, el cómic marveliano 1602 o la recopilación de cuentos mitológicos que conformaban Mitos nórdicos. Y claro, también un cuento de hadas (ilustrado) como fue La aguja y la chica dormida.

Y aquí es donde quería ir a parar: a los cuentos de hadas que parece sean más susceptibles de traducir-se al catalán. Si os fijáis todas las obras mencionadas antes habían sido traducidas al catalán (recientemente también Bons averanys) pero no Neverwhere que es una de las obras más fantasiosas (y respetadas) del autor inglés. Esto, por suerte lo ha solucionado Obscura Editorial que, además, está a punto de sacar otra obra de Gaiman: L’oceà l final del camí. Pero volvamos a lo que decía: Los cuentos de hadas. Gaiman siempre ha tenido cierta predilección por este tipo de fantasía (recordad Stardust por ejemplo) pero aportando un estilo personal que los oscurece, que los transforma y que les ofrece especialmente para un público adulto. Y Neverwhere es, quizás, el ejemplo más evidente (y el primero) en acercarnos estas historias teóricamente infantiles bajo una perspectiva más oscura... porque si tienes la sensación de que estás leyendo un cuento de hadas para adultos... probablemente sea así.

Neverwhere es un descubrimiento del mundo fantástico que vive Bajo Londres, de las cloacas y los seres que las habitan, de los mercadillos y de las puertas ocultas que te trasladan a lugares insospechados, porque Neverwhere es también Alicia en el país de las maravillas pero con toques mucho más oscuros y con personajes grotescos y también entrañables, como ocurría con la obra de Lewis Carroll.

Richard Mayhew es un anodino escocés que vive desde hace pocos años en Londres. Con trabajo estable (y aburrido) y prometido con una chica que le domina. Un día, mientras acompañaba a su pareja a una cena importante se topa con chica inconsciente que de repente ha aparecido frente a él, en plena calle. No duda ni por un instante en socorrerla (dejando a la novia plantada) y eso le abrirá a los ojos a un paraje extraño y fascinante que sinceramente no pensaba que podía existir: El mundo de Bajo Londres.

Pero a partir de entonces empezarán los problemas de Richard. Se verá arrastrado a un universo mágico del que no conoce sus reglas y poblado de personas y seres inverosímiles. Desde ratas que hablan (su idioma, no os penséis), hasta lámias y otros seres extraños, pasando por personas rataparlantes (que hacen de intérprete con las ratas) y otros personajes, al menos curiosos. Y también encontrará a Puerta, claro. Puerta es una chica con la capacidad de abrir caminos, puertas, candados... hacia lugares insospechados. Pero su familia acaba de ser asesinada y necesita la ayuda de Mayhew para buscar al marqués de Carabás, sin duda uno de los iconos de esta aventura. Una persona con mil recursos y mil favores para pedir que ayudará a conducir a la Puerta a un sitio más seguro y escapar de quien le quiere daño.

¡Pero ah! ¿Qué debemos decir de los malos? ¿De los perseguidores? Pues que Gaiman hace un ejercicio estilístico sublime con el talante de dos seres implacables y que representan la maldad en forma humana: por un lado el señor Croup, inteligente y maquiavélico, y por el otro el señor. Vandemar, tétrico, eficiente y mortal. Estos sicarios atemporales tienen una gran personalidad y es una delicia escucharles hablar (y atentar contra la buena gente de Bajo Londres) porque a pesar del terror que desprenden sus reprobables actos, Gaiman introduce un humor refrescante que más de una vez me ha recordado su colaboración con sir Terry Pratchett en Buenos presagios, seis años antes.

Sea como fuere, en Neverwhere encontraremos una aventura fantástica en toda regla, con un Londres escondido ante nuestros pobres ojos donde se mezcla la mitología propia de la ciudad con la inventiva del autor, donde se juega con los topónimos de la ciudad para descubrir reinos escondidos y donde en definitiva se pone sobre la mesa aquella relación de amor-odio por una ciudad que se ha transformado mil veces y en la que sus entrañas siempre han crecido al unísono que la superficie.

“El laberinto era pura locura. Lo habían construido con fragmentos del Londres de Arriba: callejuelas, calles, pasillos y cloacas que se habían colado por las grietas en el transcurso de los milenios y habían ido a parar al mundo de los perdidos y los olvidados”

Gaiman gesta esta aventura con cambios continuos de escenario y personajes que agilizan la lectura y le dan un aire de simultaneidad, y poco a poco comprobamos cómo la odisea que emplean Richard Mayhew, sí, sirve para introducirnos en los misterios de Bajo Londres pero también para sumergirnos en una trama que eleva al máximo las cotas del sentido de la maravilla y se convierte en mucho más trascendente de lo que puede parecer en un primer vistazo

Pero lo que para mí tiene más valor es los escenarios de Bajo Londres y muy especialmente algunos de sus pobladores que tienen un carisma lo suficientemente grande como para sentirlos muy nuestros después de pocas líneas de lectura (tanto los buenos, como los malos, como obviamente) todos los matices de grises, encabezados por el propio Marqués de Carabás) y al mismo tiempo comprobamos que Neverwhere sienta unas bases para desarrollar muchas más historias futuras.

De hecho, el volumen concluye con un prólogo descartado (hay que añadir que ésta es la versión reescrita por el autor que ha quedado como su preferida) y también con un cuento, un spin off sobre uno de los personajes, como decía más emblemáticos de la historia. El cuento, escrito años más tarde, se titula “De com el marquès va recuperar l’abric”. Fue publicado por primera vez en la antología Canalles que en catalán salió en 2017 con Llibres de l'Encobert. En ese momento no me gustó nada el cuento pues no conocía nada de la historia de la que bebía y no lo entendí. Ahora, es diferente y el cuento es interesante pero quizá se quede lejos de la novela principal. En cualquier caso, es un complemento interesante para tenerlo en este volumen.

Neil Gaiman ha aterrizado, una vez más, en nuestro país y podemos leerlo en catalán. No os lo perdáis. Y esto no acaba aquí, en pocas semanas encontraréis en las librerías el mencionado L'oceà al final del camí también en Obscura Editorial.

Eloi Puig
19/02/2023

 

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