| Existen reseñas fáciles y hay reseñas  difíciles de escribir. Y no, esto nada tiene que ver con la calidad de la obra  reseñada. Una reseña sencilla es aquella que te sale sola prácticamente al  terminar la lectura: viertes tus impresiones de forma fluida, tanto si te ha  encantado la experiencia lectora como si te has aburrido. Las difíciles son harina de otro costal.  Son reseñas que debes meditar porque no sabes cómo afrontarlas. Quizás debido a  que la trama es compleja, o porque no te atreves a decir que no has captado del  todo la intención del autor, o simplemente no osas enfrentarte a una historia  que te supera. O quizás, simplemente, porque no sabes cómo expresar lo que  piensas de una obra de calidad, que quizás no entiendes del todo pero que te ha  resultado, en el fondo, placentera. Como ésta, como es Fòrvid. Algo relevante de esta novela es que no  sabes qué te enfrentas... en ningún momento. Y es que Elena Bartomeu comienza  su narración en un ambiente distendido, de un pueblo de la Franja donde nuestra  protagonista Isis, se acerca para ocuparse temporalmente de una torre familiar  después de ser despedida como técnica de sonido de unos estudios de televisión.  Quizás sí que al llegar nota algo raro pero no hace demasiada caso. En el  pueblo se encontrará con Sisco, que le hace de casero y también conocerá a Pió,  un chico creidito que también trabaja en los campos. Un ambiente, pues, relajado, de pueblo, Y  de hecho la novela sigue este ritmo lánguido, cuesta arrancar en interés pero  paradójicamente la estupenda prosa de la autora acompaña de forma inherente y  no nos hace dar cuenta como casi de repente transcurre una tercera parte de la  novela. ¿Y no ha pasado nada? Bueno, sí, un perro se ha ahogado, y parece que  la torre sufra temblores de algún tipo, si no, no se explica la disposición de  la vajilla en los armarios. Antes he dicho que no sabes a qué te enfrentas y  así es. Primero piensas en una típica casa embrujada pero más tarde descubres  algo más perturbador que de hecho la autora no ha intentado esconder en ningún  momento... simplemente esperaba la mejor ocasión para hacer aparecer al fòrvid. ¿Y qué es un fòrvid? No, no os voy a dar  mascado lo que significan estas palabras. Tenéis suficiente sabiendo que en la  finca también ocurren de vez en cuando unos fenómenos extraños de origen sónico  que no sólo pueden resultar peligrosos, sino que también despiertan el sentido  de la maravilla de la novela. Y Isis se siente atraída de forma muy enfermiza,  quizás el hecho de que tenga un oído entrenado le otorga un papel más  predominante en esta historia pero sea como sea, el fòrvid y Isis vivirán una  relación de atracción y repulsión a la vez que será uno de los efectos que más  perturbarán a los compañeros de aventura: Sisco y Pió. Pero cabe decir que esta novela es grande  también en otro sentido: Los de sus personajes: tres, básicamente, que Bartomeu  explora de forma magnífica. En pocos capítulos te los hace tuyos, te preocupas  por ellos, sufres por las decisiones que toman o por si están en peligro o no.  Y esto tiene un valor más allá de la trama de la novela, el valor de que nos  sintamos cómodos con ellos y queramos saber qué les deparará el futuro. Fòrvid es una  novela extraña, que nos acerca a una realidad que no podemos entender del todo,  a una presencia que no parece atada a las reglas de nuestro mundo. Pero es una  exploración muy personal que empalma también con el estado de ánimo de Isis y  de su entorno. A veces puede resultar una fuerza devastadora, en otras  ocasiones puede convertirse en un hechizo delicioso. Puntualmente encontraremos  pasajes maravillosos que nos describen de forma onírica una presencia, terror o  lo deseáis, esencia fluctuante, que no podemos entender pero que igualmente nos  resulta cautivadora. Ésta es el secreto de la autora: Acercarnos a unos hechos  incomprensibles pero que igualmente nos atrapen de forma hipnótica. La estructura de la novela me ha parecido  muy ideal. Capítulos cortos repartidos en tres partes bien diferenciadas de la  obra que primero insinúan, después desencadenan y finalmente reflexionan sobre  lo que no entendemos ni es necesario que lo intentemos. Y es que Fòrvid a veces nos parecerá una novela fantástica, otras una historia de pura  especulación dentro de la ciencia ficción y también en algunos momentos  parecerá acercarse al terror cósmico. Cada lector tendrá que decidir con qué se  queda (o quizás elija que con un poco de todo) pero con esto quiero dejar  entender que cuesta definir la novela y también sus intenciones. También no  está claro si la autora pretendía forzar un encuentro donde la comunicación  entre seres radicalmente diferentes en concepción sería el eje de la trama o si  más bien quería explorar las dificultades entrelazándose con la vida cotidiana  y los sentimientos de la nuestra protagonista. Soy un lector que a menudo prefiere que le  expliquen las cosas, que no me dejen demasiadas cabos por atar, necesito saber,  entusiasmarme con una idea que me abra los ojos de emoción. Y sí, entiendo que  también es necesario utilizar la imaginación y que el autor o autora no debe  resolver mis problemas de comprensión siempre. Pero yo soy más de esta escuela  en la que me gustan los finales redondos y bien acabados. Fòrvid no sería un  ejemplo de esto último porque nunca ha pretendido ofrecer todas las posibles  explicaciones. También es cierto que esto fomenta más el debate entre lectores  o incluso entre las intenciones de la autora y su público. Elena Bartomeu es una escritora que no  pone las cosas fáciles al lector. Tanto en los cuentos “Comando butxaca”,  aparecido en la antología Extraordinàries,  como con “Avidence”, un relato  demasiado hard para mí —pero que me  gustó— publicado en Arcana Sectarium,  la autora demuestra que escribe con una profundidad inusual y que el lector  debe estar más concentrado de lo normal en sus sabias palabras. Al igual que  aquí, en Fòrvid, que necesita una lectura atenta, pese a la notable  prosa y ritmo que le ha insuflado la autora. Es necesario reconocerle el mérito, tanto  de ser original como de querer romper moldes. Quizás por este motivo el jurado  del Festival 42 le otorgó el premio a la mejor obra original en catalán en la  edición de 2022. Eloi Puig23/12/2023
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