| La tercera novela de la serie del Mundodisco se puede considerar 
              un libro simpático. Digo simpático porque no te hace 
              partir de risa pero tampoco te deja indiferente. Ritos Iguales marca un punto de inflexión entre las 
              dos primeras novelas de la serie (El 
                Color de la Magia y La 
                  Luz Fantástica) y el resto por la senzilla razón 
              que es el primer libro del Mundodisco con doble mensaje. En este 
              libro, Pratchett comenzó a sermonearnos (de forma muy divertida, 
              todo hay que decirlo) sobre nuestra sociedad actual a través 
              de la fantasía más hilarante. Cosa que en sus dos 
              primeras novelas no encontrábamos. Eran muy divertidas, sí, 
              pero solo eso (aunque a menudo es suficiente). En Ritos Iguales, Pratchet nos introduce por un lado en 
              el mundo de las brujas de la Montañas del Carnero y por otra 
              realiza una crítica a la igualdad de sexos en la hora de 
              buscar trabajo. En este caso, un mago traspasa su poder al octavo 
              hijo de un octavo hijo (que según la tradición debe 
              ser mago) solo que en este caso es una niña.
 Los conflictos que pasará esta niña (eskarina) por 
              querer asumir un papel que no le toca por su sexo son el verdadero 
              eje de la novela. Será ayudada, ateción! Por el magnífico 
              personaje de Yaya Ceravieja que aquí, en Ritos Iguales realiza su primera aparición.
 Lo mejor que nos podemos encontrar precisamente en Ritos Iguales es a Yaya Ceravieja, uno de los personajes más entrañables 
              del Mundodisco que contrasta con la sobriedad del resto, empezando 
              por la propia Eskarina. Un personaje que volveremos a ver en el 
              resto de novelas de la serie de las brujas (Brujerías, Brujas 
                de viaje y Lores 
                  y damas).
 La obra empieza bien, introduciéndonos en ese mundo mágico 
              de las brujas que ejercen tanto de curanderas como de místicas 
              y que no deja de ser un reflejo de nuestra realidad en la Edad Media 
              pero el libro se va torciendo a medida que avanza. La segunda parte, 
              ya en la Universidad Invisible donde estudian los magos, Pratchett 
              es poco concreto y nos propone un conflito mágico muy pobre 
              y sin demasiadas pretensiones, como para querer proporcionar una 
              excusa a Eskarina para poder incluirla enla sociedad masculina de 
              los magos.
 Así pues, lo que decía, un libro simpático, 
              sobretodo en su comienzo que se lee muy bien y que no da una vez 
              más la dosi de crítica y sarcásmo necesario 
              para que esta saga sea algo más que unos libros que te hacen 
              reir.     |  |