| 
             Me siento raro después de leer este libro. En parte porqué 
              he estado renegando de él durante buena parte de su lectura., 
              creyendo que estaba perdiendo el tiempo. Ahora que lo he finalizado, 
              creo que no es un gran libro, pero tiene algo extraño, algo 
              turbio, algo de mágico que me hace replantear esta valoración 
              inicial. 
            Parte de esta culpa es debido a la pésima contraportada 
              de la edición que he leído donde te propone una novela 
              de terror que se basa en los mitos judíos sobre la creación 
              de un hombre de barro en la praga de comienzos del siglo XX. Esto 
              es falso: la novela es más sugerente que eso, más 
              metafísica y espiritual que una serie de aventuras con un 
              hombre de barro que recorre las calles de Praga (cosa que no sucede 
              en ningún momento). Nos hallamos ante una novela que te estimula, 
              que te da ideas, que te sugiere pero que deja el resto para tu imaginación. 
            Me gusta el lenguaje que utiliza el autor pero no su capacidad 
              organizativa: la novela es un caos donde se mezclan desde discusiones 
              de alto nivel sobre filosofía hasta tramas amorosas que solo 
              hacen que lastrar la comprensión de esta. La obra es confusa 
              y desestructurada, a menudo no sabes exáctamente qué 
              está pasando, pero pese a ello... sigues leyendo. 
            Meyrink se saca personajes de la manga de sopetón, sin ser 
              presentados, sin que sepas de donde han salido y a menudo son personajes 
              que no aportan nada especial a la novela, trata temas dispersos 
              y no se centra en los aspectos importantes. Pero pese a ello, notas 
              que alguna cosa importante se te escapa... 
            Hay que decir, pero, que la obra está avanzada a su tiempo, 
              con ideas innovadoras pero mal ubicadas, con pasajes magníficos 
              pero que desembocan en confusión. Y también hay que 
              añadir que me he encontrado con la sorpresa de que "El 
              Golem" es una obra abierta, una obra que da pie a comentarios 
              halagosos y a críticas despiadadas, una obra que no te deja 
              indiferente pero que tampoco te llena, precisamente por la confusión 
              y por la caótica propuesta argumental: Un hombre sin memoria 
              pasada se ve afectado por una serie de fenómenos de carácter 
              paranormal en el barrio judío de Praga, mientras otros sucesos 
              muchos más físicos le van complicando la vida por 
              momentos.  
            Se que es una presentación muy pobre, pero descifrar el 
              argumento principal no es tan facil... hay que quedarse solo con 
              la idea. Y la idea es el Golem como metáfora, no como monstruo 
              físico. 
            Seguro que habría que leerla otra vez para entender todo 
              lo que nos propone el autor, quizás algun dia lo haré... 
              por el momento necesito más tiempo para digerirla porqué 
              puede que la próxima vez que lea esta obra, la acabe metiendo 
              en lo más hondo de una oscura estantería donde quede 
              olvidada... o la coloque en un sitio de honor entre mis libros preferidos. 
              
             |