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              Una de las primeras  novelas de ciencia ficción que leí, hace mucho tiempo (ni siquiera  la tengo reseñada), fue Anochecer de Isaac Asimov y Robert Silverberg. Aquella historia me fascinó (especialmente  su primera parte) por la premisa de la trama donde te descubría un  mundo y una civilización que quedaba destruida cada 2.000 años por  causas naturales y se rehacía cada vez ignorando su pasado.  Ciertamente aquella  novela me impresionó, pero ahora descubro otra, escrita por N.K  Jemisin que agranda aún más esa misma idea de destrucción /  creación y la mejora y explota de forma mucho más precisa. Estamos  ante la novela ganadora del premio Hugo 2016: La quinta  estación.  La Quietud. Este es el  nombre del planeta, del mundo donde se desarrolla nuestra historia.  Un lugar donde los frecuentes movimientos sísmicos en forma de  terremotos o erupciones volcánicas han pasado factura a la humanidad  hasta el punto de que ésta se ha adaptado a ciertos períodos de  crisis llamados Estaciones donde el planeta desencadena el caos y la  destrucción y elimina buena parte de la vida. Son periodos de una  inestabilidad acusada y mortífera que pueden durar entre seis meses  y varias décadas. Esto es La Quietud. Un nombre que parece una broma  pero que refleja el anhelo de sus habitantes por una vida mejor.  En este increíble  escenario, Jemisin nos presentará tres mujeres que tendrán que  luchar y sufrir para sacar adelante su vida. Serán nuestros ojos a  través de los que descubriremos cómo funcionan las leyes físicas  del planeta pero también su pragmática sociedad, totalmente  adaptada a las Estaciones, los periodos de crisis que pueden acabar  en un momento con cualquier civilización. Jemisin se ha erigido como  una grandísima creadora de mundos. Me atrevo a compararla con Brandon Sanderson y su también gran capacidad imaginativa  para diseñar mundos aunque Jemisin especifica y detalla mucho más  cómo funciona su mundo a nivel global mientras que Sanderson  normalmente se centra en un área pequeña de este y más bien  profundiza en la interacción entre personajes.  Como decía, a través de  tres mujeres muy diferentes comprobaremos hasta qué punto La Quietud  es un lugar peligroso e imprevisible. Tenemos en primer lugar a  Essun, una mujer de mediana edad, el marido de la cual acaba de  asesinar a su hijo porqué ha descubierto que es un orograta. Este  será el relato más impactante, además escrito en segunda persona  de manera nos pondrá mucho más en la piel de la protagonista.  También tenemos a Damaya, una niña con poderes de orogénesis que  es retenida por un Guardián y llevada al Fulcro, el espacio donde se  enseña a controlar estos poderes. La orogénesis es la capacidad de  manipular la energía proveniente del planeta y por tanto detener o  provocar episodios sísmicos. En manos jóvenes o poco preparadas  (como el hijo muerto de Essun) pueden incitar cataclismos. Los  guardianes son una élite que pueden controlar los poderes de los  orogenes, una sociedad extraña y temible. Y Finalmente tenemos a  Sienita, una joven que ya es cuatroanillada (los anillos  indican el poder orogénico que llevas en tu interior, siendo diez el  máximo) que tiene una misión aparentemente senzilla y en la que se  le asigna un maestro decanillado de gran temperamento.  Essun, Damaya, Sienita.  El lector irá desgranando poco a poco quiénes son en realidad y su  papel en esta historia. Todas ellos son importantes. La autora nos ha  presentado una heroínas que lucharán para garantizar que su entorno  sea lo más seguro posible. Una lucha reivindicativa en un mundo  aparentemente ajeno al nuestro, con costumbres establecidas siglos  atrás fruto del efecto de las Estaciones. Estas normas son  patrimonio de la humanidad y están grabadas en piedra para que cada  generación afectada pueda levantarse de nuevo y más rápidamente.  Las profesiones de las personas (Ingenieros, sementales, dirigentes,  lomocurtidos...), la estructura de las comunidades, todo, está  pensado para la supervivencia. Este creo que es uno de los puntos más  fuertes de la novela, comprobar cómo una sociedad puede evolucionar  hasta estos extremos para tratar de sobrevivir al fin del mundo.  Además, la adaptación a la inestabilidad del La Quietud también se  manifiesta de forma biológica: Los humanos tienen una mutación en  forma de glándulas sesapinales que los ayudan a captar los  movimientos de la tierra.  Pero los humanos no están  solos. Si hasta ahora estábamos hablando de adaptación, mutaciones  y en definitiva de ciencia, también debemos presentar aspectos que  parecen acercarse al lado de la magia. Encontramos seres como los comepiedras, los cuales se pueden trasladar a través de la  roca. Su papel en la obra es misterioso pero trascendental y  esperamos que en las próximas novelas sea aclarado. También hay que  mencionar a los obeliscos que flotan en el aire por todo el gran  continente -el único- del planeta. Son resto de antiguas  civilizaciones - como muchas otras ruinas que sobresalen de vezen  cuando- y que no parecen tener un propósito aparente. Falso. Su rol  está por determinar pero seguro que son importantes. La quinta estación es una gran novela que utiliza la ciencia de forma más o  menos coherente para presentarnos las particularidades de la Quietud  y especialmente de las capacidades psíquicas de una parte de sus  habitantes. Es una historia que nos plantea temas como evolución,  adaptación, poderes mentales y también nuevas formas de convivencia  a raíz de los episodios de crisis del planeta. Jemisin demuestra que  sabe llevar muy bien a los personajes y si bien hay alguna ocasión  donde el ritmo se ralentiza, en términos generales la curiosidad por  descubrir los numerosos misterios que rodean el planeta nos deja  atados a la lectura.  Me ha gustado tanto el  estilo de la autora como su manera de contarnos esta historia de tres  actos. A comentar que al final del libro hay un práctico glosario  donde se nos describen varias palabras propias del mundo de la  Quietud y también un resumen del efecto y duración de las últimas  Estaciones, así como de las fechas en que se produjeron.  Ahora sólo tocar esperar  el segundo volumen!  Eloi Puig  29 de junio del 2017   |