Las puertas del infinito
FANTASÍA- CF
 
     
 
 
 
 

LAS PUERTAS DEL INFINITO
(2016)

Víctor Conde &
Jose Antonio Cotrina

Editorial:
Penguin Random
House
(2016)


Colección:
Fantascy

Núm:
---

Páginas:
441


 
     
Las puertas del infinito

Es imposible llegar a todas partes. Al menos eso es lo que me digo a mí mismo para disimular mis carencias lectoras de autores como José Antonio Cotrina o Víctor Conde. Y es que tenía (tengo) muy abandonados tan Víctor Conde, del que, a parte de algún cuento, sólo he leído su curiosa epopeya steampunk Los relojes de Alestes pero del que tengo libros como Crónicas del multiverso en la pila desde el año que ganó el premio Minotauro. El caso de José Antonio Cotrina es aún más flagrante: No había leído ninguna una novela suya hasta ahora; sólo un par de, eso sí, excelentes cuentos, que se publicaron en un monográfico de la revista Catarsi. También tengo un par de novelas suyas en la pila desde hace siglos.

Así que cuando me enteré que Fantascy publicaba una novela a cuatro manos de estos autores me lancé de golpe a leerla poniéndola en lo alto de la pila. Dos pájaros de un tiro. ¡Pam! Y es que Las puertas del infinito tenía todos los ingredientes para atraerme a su lado: Para empezar una gran portada, sugerente, bien lograda, seguido por una temática sobre puertas dimensionales y universos paralelos de la que siempre he sido un ferviente seguidor; no olvidemos la aventura, un poco de misterio o escenarios increíbles; incluso un personaje bastante carismático. Tiene todo lo necesario para agradar a un lector como yo, ávido de sentido de la maravilla y más en un entorno más fantástico que de ciencia ficción. Pero no sé exactamente porque, la novela no me ha atrapado como pensaba.

Y eso que la historia comienza de forma notable: Logan es un aperimante, una especie de explorador de otras dimensiones, que busca conocer qué hay detrás de las enigmáticas puertas de la Mansión Infinita, una casa ubicada en un Londres alternativo que es más grande por dentro que por fuera, un poco como aquella casa fantástica que James Stoddard nos hizo descubrir de manera sorprendente leyendo Evenmere: La Gran Mansión. La historia de Logan se nos presenta en el momento que consigue desvelar los secretos de otra de dichas puertas. ¿Dónde irá a parar? ¿Qué se encontrará? ¿Volverá para poder explicarlo o como muchos de sus colegas nunca más se sabrá nada? Oh sí, un comienzo genial.

Pero es que luego, además, descubrimos que en la novela hay dos protagonistas que habitan en mundos diferentes, dos Tierras alternativas donde suceden acontecimientos muy desiguales: El del Londres alternativo que he comentado y otro mucho más extraño y fascinante: el mundo de Colapso, una ciudad imposible donde vive Rebeca, una aperimante nacida para ese trabajo que viaja de universo en universo, de Tierra alterna a Tierra alterna, buscando extraños objetos para su maestro. En mi imaginario particular la veo como la Nausicaä de Miyazaki, con su máscara, sobrevolando extraños paisajes. Aquí el sentido de la maravilla aplicado a la fantasía es la parte que más nos impacta. Como el autor (sea quien sea de los dos) nos hace vivir la magia y lo imposible de un mundo donde las diferentes realidades, los diferentes universos se colapsan - de ahí el nombre- mientras una horda de sanguinarios Ikari, una raza que conquista año tras año decenas, cientos, de Tierras alternativas con sus dragones-ciudad y sus armas mortíferas, parecen que se preparan para algo más importante todavía.

¿Es o no es una historia que parece predestinada a atraparte desde el principio? ¡Y lo hace! Pero poco a poco se va desinflando. Y no por la prosa de los autores que siempre resulta amena y bien trabajada; no por la energía que ponen, que es mucha. Es por un hecho más simple aún: la trama se complica, se retuerce de una manera poco atractiva y al final no entiendes qué está pasando realmente. Si bien la primera parte del libro mantiene un nivel estable de calidad y de interés por lo que está pasando con Riddly, el hijo de Logan, el aperimante en el Londres alternativo, y especialmente con Rebeca, nuestra exploradora que atraviesa portales a lomos de su dragón invisible, poco a poco este equilibrio se va trastornando. Por un lado Logan y Riddley, que hasta entonces debían aplicar reglas estrictas para atravesar portales o moverse por otras dimensiones, una vez se pasa el ecuador de la novela (y han transcurrido quince años) no sabemos ya que están haciendo ... ni cómo. Elipsean (no se que significa) por puertas extrañas, buscan objetivos que no entendemos, etc. En el mundo de Rebeca las cosas parecen ir mejor pero también llega un momento de la historia que no entendemos el porqué de las misiones o los asuntos que debe resolver por su dueño. Los autores se ponen a jugar entre ellos con una complicidad envidiable pero sin explicar las reglas a los lectores de manera que tienes la sensación de que la magia, los portales dimensionales, los seres que habitan, que la trama entera no tiene ninguna lógica o no posee ninguna norma a la que puedas aferrarte para navegar con tranquilidad por los fascinantes caminos que nos proponen los autores.

Y yo si me desconcentro, si no me encuentro a gusto con lo que me están contando, no por la forma; sino por el contenido, pierdo el interés. El poco que tenía sobre personajes como Logan o Riddly se funde; y el que podría tener por Rebeca se resiente. Eso sí, en las últimas cuarenta o cincuenta páginas el interés de la novela vuelve a crecer pues entonces el tapiz que tan a escondidas habían tejido los autores se desvela como una aventura que va mucho más allá de los universos paralelos. Encontramos secretos bien escondidos, paradojas temporales, ciclos infinitos de génesis y destrucción, en definitiva una novela que pretende ser mucho más de lo que a priori nos quería hacer creer. Y posiblemente lo hubiera conseguido si hubiera tenido el doble de páginas para tratar de forma más mesurada a los personajes, para incluir más misterios a las tramas y para dar una información más detallada al lector sobre cómo funcionan las realidades que se presentan. Sí, en mi modesta opinión habría que aplicar más lógica a la incesante acumulación de sentido de la maravilla que encontramos en Las Puertas del infinito.

El caso es que me ha gustado el comienzo de la novela y en cierta medida toda la primera parte, titulada Deus Ex Magia. También se nota la experiencia de los autores en la prosa o la estructura del libro. Pero me ha faltado el sentido de la credibilidad en lo que estaba leyendo, especialmente durante las incursiones en la Mansión Infinita y las realidades que existen allí dentro; he echado de menos más carisma con personajes como Logan o Riddly y en general he notado falta de extensión, de más páginas, especialmente a partir del segundo tramo del libro, Las aristas del cuento.

Me siento tan fascinado como decepcionado. El primer adjetivo realza mi opinión de los mundos y las criaturas que encontramos en Colapso. También para la imaginación empleada para mover a personajes como Logan o Riddly por universos muy abstractos. Decepcionado no por el resultado final si no por el proceso, por una historia que tiene base para ser mucho más de lo que es y que se queda en una mezcla desenfocada. Y decepcionado conmigo también por no haber entendido los mensajes de los autores, su manera de abrirnos paso a las puertas infinitas de esta novela.

Eloi Puig, 11/03/2016

 

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