Mugrons de titani
CF- ERÓTICA/HUMOR
 
     
 
 
 
 

mugrons de titani
(2005)

Salvador Macip & Sebastià Roig

Editorial:
Bromera (2005)

Colección:
L'Eclèctica

Núm:
122

Páginas:
269

Otras ediciones:
No existe traducción al español


 
     
Mugrons de Titani

Esta novela presenta un pequeño dilema literario... ¿tenemos ante nosotros una novela de ciencia-ficción erótica o una novela erótica con toques de ciencia-ficción? Sea como sea, lo que está claro es que estos dos géneros comparten páginas y argumento y que los autores intentan que ambos alcancen esta curiosa mezcla simbiótica. En todo caso, la decisión la tiene que tomar cada lector por su cuenta.

Por mi parte no he tenido el placer de leer demasiada literatura erótica, aunque tengo en mente una antología dedicada al terror y al erotismo llamada Eros Sangriento pero que por lo poco que recuerdo de sus cuentos éstos no debieron ser especialmente destacables. ¿Quizás el erotismo está reñido con la ciencia-ficción y por eso pocas novelas se atreven a unir ambos géneros? En todo caso, Salvador Macip y Sebastià Roig dieron un puñetazo a la mesa - metafóricamente hablando-, se les hinchó la vena friki y se presentaron al concurso de literatura erótica "La Vall d'Albaida"... y ya puestos, lo ganaron.

Poca experiencia tengo con estos autores: De Sebastià Roig puedo decir que he tenido un par o tres de veces en las manos su ensayo Els Malsons dels nostres avis. El terror i el fantàstic a Catalunya (1900-1936) pero que finalmente no he comprado nunca -aún- y de Salvador Macip sólo había leído un cuento corto de cariz humorístico que no me agradó demasiado. Pero el hecho es que por las referencias de otras obras suyas y por los comentarios y dedicatorias que hacen en esta novela se intuye por donde pueden ir los tiros una vez te pones a leerla. La dedicatoria que me redactó uno de los autores -Sebastià Roig- cuando compré el libro en cierto encuentro de ciencia-ficción también te avanzan sus intenciones: "… un libro con poca ciencia, poco sexo y mucho de tebeo"

Vayamos al libro: Valentina Gontxarova es una piloto espacial recluida en una prisión de máxima seguridad por desatender sus obligaciones de vigilancia y dedicarse a practicar el sexo en horas de trabajo. La pena de prisión es doblemente dolorosa pues aparte de la pérdida de libertad un ordenador especialmente cínico con aires de ser familia de la computadora Holly de El enano Rojo también le impide cualquier pensamiento erótico a través de un biochip que lleva nuestra heroína implantado en el cerebro. Pero de sopetón dos chicas benplantades (literalmente bienparecidas) miembros de una cultura homófoba y algo ninfómana - por ejemplo tienen que tener dos orgasmos diarios con la excusa que el cerebro tiene que funcionar al máximo rendimiento- la rescatan del cautiverio y la enrolan en una misión suicida para encontrar un objeto, un arma, que puede hacer cambiar la estructura demográfica del universo pues tiene el poder de transformar a todos los hombres en féminas. Aparte, se les unirán un grupo de cyborgs que hablan como el maestro Yoda y una raza maligna en forma de babosas gigantes – Debemos pensar con Jabba el hutt cuándo las imaginemos- las cuales también participan en la carrera para apropiarse del arma definitiva.

Éste es el planteamiento, una aventura al más estilo space opera, escrito con un lenguaje coloquial, divertido, chabacano -léase este adjetivo con una sonrisa en los labios, no como una crítica-, que sinceramente me ha gustado pues es dinámico y ameno y algunos de los diálogos entre las chicas son tan absurdos como alocados. La novela está estructurada en capítulos cortos y bajo tres líneas de acción -Las chicas, los cyborgs y las babosas- que poco a poco irán convergiendo en una vorágine de acción y animaladas varias. Eso sí, que nadie se espere alta literatura ni grandes reflexiones científicas. El libro no pretende alcanzar ninguno de estos hitos.

Una novela pues que combina lo mejor y lo peor de las novelas de a duro -pulp para los más puristas-, con la particularidad de poseer toques de sexo y erotismo en sus páginas. ¡Ojo! ¿Sólo toques? Pues sí, porque si una cosa decepciona de Mugrons de Titani (Pezones de Titanio) es que el erotismo queda relegado a la anécdota a medida que la historia avanza. Pronto quedan atrás las restriegas lésbicas de las tres protagonistas o el divertidísimo encuentro con una coliflor gigante carnívora y un poco sádica. Eso sí: los biquinis de camuflaje los llevan toda la novela. Las aventuras de Valentina y las benplantades van derivando cada vez más hacia un recurso diría que imprescindible si mezclamos el sexo y la Ciencia-ficción: El Humor. En cierta manera se entiende, pues introducir escenas de sexo en un argumento y seguir con una cierta coherencia es difícil. Claro que la historia de Valentina Gontxarova no es precisamente el paradigma de novela seria de manera que un poco más de sexo y alegría no hubiera desestructurado demasiado el invento.

Para acabar me quedo con una de las dedicatorias que nos dejan los autores en la última página: "A la Princesa Leia, por probar que una mujer puede pasearse en biquini por las galaxias, matando babosas descomunales, sin parecer ridícula.” 

Es una frase que ejemplifica el talante que han impuesto Macip y Roig en la obra. Parece que quieren continuar con más novelas de la serie. Collons de metacrilat (Cojones de metacrilato) es el título a priori definido para una segunda novela.

Eloi Puig, 25/02/08

 

Premios:

2005 Vall d'Albaida de narrativa eròtica

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