Memorias del hielo
FANTASÍA ÉPICA
 
     
 
 
 
 

MEMORIAS
DEL HIELO

Memories of Ice
(2001)

Steven Erikson

Editorial:
Ediciones B
(2018)


Colección:
Nova

Núm:
---

Páginas:
1184

Saga:
Malaz: El libro
de los caídos /3


Lecturas relacionadas:
Los jardines de la Luna

Las puertas de la
casa de la muerte


La Casa de cadenas

Mareas de medianoche

Los cazahuesos

La tempestad del Segador

Doblan los Mastines

Plovos de sueño

El Dios tullido


Traductora:
Marta García Martínez

Otras ediciones:

2004 Timun Mas
2010 la Factoría




 
     
Memorias del hielo

Sigo mi tortuoso camino a través de la decalogía de Malaz, el libro de los caídos de Steven Erikson. Éste es el tercer volumen, Memorias de Hielo, una novela vasta, desmedida —de hecho, como todas las de esta saga— que nos abre las puertas a nuevos personajes y nos hace reencontrar a viejos conocidos. Pero sobre todo representa un punto de inflexión para el lector, al menos para mí.

Siempre había sabido que la lectura de la Saga de Malaz no era fácil y requería un esfuerzo considerable por parte del lector. Esto siempre ha sido así y asumo que quizás yo mismo, leyendo la saga muy de vez en cuando (a un volumen por año en vez de mi idea inicial de un volumen al mes) puede condicionar que algunos de los conceptos, personajes y situaciones se me escapen de la comprensión inmediata, aunque sea porque no los recuerdo debidamente.

Pero también debo añadir que el hecho de que la novela tenga casi 1200 páginas no ayuda a que pase mejor. Sí, me han sobrado páginas y capítulos y creo que tranquilamente Erikson hubiera podido ahorrarse un 30 o 40% de su extensión. Y aquí viene también el hecho de que comentaba del punto de inflexión: La mayoría de fans y adeptos a Malaz consideran este volumen, Memorias de Hielo, como uno de los mejores libros de la saga... y a mí precisamente es (hasta ahora) el que he considerado más flojo, quizá sobre todo por cansancio acumulado, no por ningún descenso en su calidad literaria, pues aunque ya se divisan ciertas respuestas a la complicadísimo trama, sigue siendo agotador entender su complejidad (repito que esto puede deberse en parte a no leer la saga de forma seguida ).

Además, uno de los puntos que más me picaba mientras leía esta novela, como decía, tan desmedida es que mientras la leía estaba pensando que en el mismo tiempo podía estar digiriendo la lectura de cuatro o cinco otras novelas distintas. Y esto me hace pensar en que la presente lectura, aunque correcta, no me ha satisfecho lo bastante, no me ha creado una adicción o una empatía suficiente para contrarrestar su extensión.

Porque no nos engañemos: Erikson es brillante pero no siempre. El autor canadiense es capaz de tenernos enganchados a unos capítulos tanto como dejarnos perdidos por sus tramas argumentales. Por ejemplo, la primera mitad de la novela es algo más cargante, ocurren pocos hechos destacables, se te presentan personajes extraños que no sabes de dónde salen... parece que el autor se estuviera preparándose para lo que vendría después. Hasta el punto de que después de las dos primeras partes, dejé el libro en stand by un tiempo y leí dos o tres novelas entre medio.

Pero a partir de la tercera parte de estas Memorias de Hielo, Erikson comienza a dar más explicaciones, a escribir de forma más directa a darnos más con la que disfrutar. Tengo entendido que el autor, durante su proceso de creación y escritura del presente volumen se saturó y le dejó apartado para ponerse a trabajar con lo que sería entonces el segundo volumen de la serie (que ocurre al mismo tiempo que éste: La puertas de la casa de la muerte). Quizás sí se notó que al volver a incorporarse a Memorias de Hielo, iba más fresco porque como comentaba, se nota un cambio de tendencia a partir de la tercera parte de la novela. De esto hablaré más adelante.

Lo primero que hay que recordar es que Memorias de Hielo sigue siendo parte de una historia que se remonta a la prehistoria del mundo de Malaz. De hecho, el prólogo está situado nada menos que 300.000 años antes de los hechos ocurridos en el presente de la novela. Es inconmensurable la trama que diseña el autor y con frecuencia lo he notado al no poder retener toda información. Pero volvamos al presente: La acción nos lleva de nuevo al continente de Genabackis, que el imperio expansionista de Malaz ya tiene en buena parte ocupado. Volveremos a encontrarnos a los abrasapuentes, a sus soldados, reclutas, capitanes... ahora proscritos y aliados in extremis de las fuerzas comandadas por Anomander Rake y Caladan Brood. Ésta es la continuación directa de los hechos descritos en Los jardines de la Luna. Nuevos aliados, nuevos enemigos y nuevas ciudades por conquistar. El dominio painita, una misteriosa fuerza que está arrasando el sur del continente parece lo suficientemente poderosa como para llamar la atención de todos los ejércitos que luchan sobre Genabackis y para que éstos se unen en una alianza incierta.

Casi que me atrevería a decir que cuando Erikson volvió a concentrarse con Memorias de Hielo se puso a escribir el asedio y la batalla de Capustan. Sin duda, la mejor parte de esta extensa obra. Unos capítulos vibrantes, crueles, viscerales. El autor crea una atmósfera irrespirable de cuerpos muertos en medio de miles de atacantes, unas batallas vívidas y plenas. Unos momentos cargados de simbolismo con dioses que mueren y otros que dan un paso por delante, con héroes que no quieren serlo y personajes carismáticos que ven hundirse su mundo frente a ellos.

(...) “És hora de meter más almas todavía por la garganta atascada y atragantada del Embozado...“  (...)

Aquí encontraremos uno de los grandes aciertos de Erikson en este libro: Las espadas grises, una compañía de monjes guerreros, seguidores del dios Fener y que por su simbología y presencia, hacen de esta aventura un sitio mejor. Se trata de un ejército mercenario altamente organizado con comandante, sanador etc. que no distingue entre hombres y mujeres a su tropa y que nos ofrecen buena parte de los mejores capítulos de Memorias de Hielo.

Toda la novela, pues, se centra en el reclutamiento de aliados y en el ataque contra el misterioso dominio painita. Encontraremos, obviamente, diversas visiones y momentos especiales. Campañas y asedios, marchas militares y también concilios donde se toman grandes decisiones, momentos dolorosos muy bien traídos por Erikson y otros que resultan bastante incomprensibles (como ciertas decisiones en el asedio final). Encajaremos también algunas piezas del rompecabezas que Erikson ha diseñado para este mundo repleto de dioses, ascendientes, magos y sendas mágicas, pero también nos vendrán más dudas a la cabeza. Comprobaremos cómo el cargo de Señor de la Baraja finalmente se define poco a poco y conlleva cambios en el talante de cierto personaje:

“¿Y ese va a ser el papel del Señor de la Baraja?, (...) ¿El dueño de un conocimiento fatal y ahora un maldito árbitro, por el Embozado? Así que eso es lo que quieres que haga. Un dios cae, ¿pon a otro en su lugar? ¿Mortales que han jurado lealtad a uno y después de la deben jurar a otro? (...)

Pero quizás destacaría más la capacidad de Erikson de moverse entre planos diferentes, y cómo podemos ver caer a dioses y levantarse a nuevos en un proceso que me ha dejado bastante sorprendido. Como personajes pueden pasar de ser simples soldados a ascender y convertirse en paladines de una deidad, pero sobre todo también como un dios puede resultar también mortal.

(...) "Un dios atrapado en el reino mortal era como una jovencita sobre un altar. Lo único que hacía falta era un cuchillo y una mano decidida”.

Uno de los hechos que menos me ha gustado es que existen demasiados personajes y esto provoca que al dividirse tanto la acción no tengas tiempo de empatizar con algunos de ellos. Por ejemplo, los abrasapuentes serían los primeros candidatos a los que deberíamos querer pero eso no ocurre... simplemente porque aparecen poco y de forma muy escalada. Las desgracias de Toc el Joven también me pasan bastante indiferentes y bastante incomprensibles, todo hay que decirlo. Vale que esto lo compensa la aparición de los espadas grises pero me he encontrado alejado de ciertas tramas que venían directamente de la primera novela y creo que se debe precisamente a esta dispersión de escenarios y personajes.

Antes hablaba de puntos de inflexión. Como comentaban los entendidos (¡gracias de nuevo María por tu ayuda!) esta novela suele suponer un punto decisivo entre continuar o no la saga. Estoy bastante de acuerdo. Pero no porque la trama se haya escurrido dentro de mí y me haya atrapado irremediablemente. El punto de inflexión es el de decidir si seguir leyendo una saga tan gigantesca o no. Si no tuviera una pila tan salvaje detrás probablemente continuaría enseguida. Lo que he decidido, sin embargo, ha sido más salomónico: Continuaré con Malaz pero a mi ritmo (pese a saber que debería incrementarlo para no perderme) porque creo que el esfuerzo de Erikson tarde o temprano se verá recompensado pero intercalaré tantas lecturas como crea necesarias... ¡no hay prisa!

Eloi Puig
22/08/2022

 

Premios:

 

Búsqueda por secciones:
Ciencia-ficción
Fantasía
Terror
Cómic
Revistas
 
  Creative Commons License
Este texto está bajo licencia de Creative Commons.