La ley del trueno
FANTASÍA ÉPICA
 
     
 
 
 
 

LEY DEL TRUENO
(2012)

Sergio Mars

Editorial:
Cápside
(2012)


Colección:
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Núm:
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Páginas:
343


 
     
La ley del trueno

Parece mentira que aún se escriban novelas así. Que aún podamos encontrar historias fantásticas coherentes, con buenos personajes, ambientaciones verosímiles y todo ello en un solo volumen. Parece mentira que la esencia de la literatura fantástica se tenga que disolver a menudo en libros alargados, llenos de paja y con multitud de personajes cuando a menudo lo que buscamos es la sencillez de una premisa original y un argumento lo bastante elaborado para hacerte reflexionar pero a la vez suficientemente ágil como para conducir la acción a un final concreto, sin divagaciones, con firmeza.

Sergio Mars no es ningún desconocido para mí.  Disfruté mucho con sus novelas cortas de ciencia ficción, recogidas en La mirada de pegaso, también había leído varios cuentos de él, pero todavía no había probado su vertiente fantástica en forma de novela. Y como me esperaba, no me ha decepcionado para nada, aunque la portada de esta evoca a pensar en fantasía heroica con aires retro y literatura pulp y el texto de la contraportada invitan a pensar en una novela enfocada sólo al entretenimiento. Pero no ha sido así, La ley del trueno es una obra compacta, bien narrada y que esconde más de lo que parece a simple vista. La nueva editorial Cápside ha comenzado con buen pie su andar.

La Ley del trueno es una novela que cumple con algunos requisitos de toda fantasía épica que se precie de serlo: batallas, ejércitos, variedad de personajes, traiciones, divinidades megalómanas... pero a la vez se aleja de muchos estereotipos: no encontramos ningún personaje femenino por ejemplo, ni viajes iniciáticos, ni razas diversas, ni magia - salvo toques puntuales y muy sutiles. Esta en definitiva es una novela que bebe más de Howard que de Tolkien - palabras del propio autor- y que ofrece a partes iguales los dos pilares de una buena obra : Entretenimiento y buena literatura .

El imperio de Fingard se tambalea, la corrupción, la desidia de sus gobernantes y en definitiva el peso mismo de mantener activo un coloso como éste provoca que algunas facciones disidentes estén pensando en cambiar radicalmente el precario equilibrio de poderes en el reino. Especialmente la nación ocupada de Salgaria que en manos de su general Riegar - que comanda también las tropas imperiales - prepara una traición de alto nivel. Pero este no es el único protagonista de la historia: Encontramos a dos hermanos gemelos, Cokrum y Erquil que conducen a su pueblo nómada y que ahora sin proponérselo están bajo la protección del emperador y actúan como guardia personal de este. Y también hallaremos a un sacerdote, Odryncer, una fanático religioso que gobierna con mano de hierro la ciudad de Cefingard, capital del imperio, en ausencia de las órdenes de un emperador moribundo y un príncipe aparentemente inepto.

Parece un tablero de ajedrez bien dispuesto para que los personajes interactúen cada uno buscando sus propios objetivos y utilizando su ingenio o fuerza bruta. Pero no, nada de eso es así si tenemos en cuenta que los verdaderos protagonistas, aunque escondidos en un segundo plano, son los dioses que influyen de una forma u otra en los pobres humanos utilizándolos como peones en una batalla ancestral. Es obvio que esto nos puede recordar a la mitología griega por ejemplo pero aquí me gustaría recalcar el esfuerzo que ha realizado el autor para ofrecernos una historia coherente sobre los vínculos entre los hombres y sus dioses. La fe y el miedo de los primeros alimentando la fuerza y la esencia de los segundos. Ya lo decía Terry Pratchett en Dioses Menores – en clave humorística claro - pero aquí Sergio Mars lo reafirma de forma contundente argumentando una trama que depende tanto de los deseos de los dioses como del comportamiento de los hombres. Es muy gratificante comprobar cómo la coherencia de los actos de los dioses influyen en la historia de forma que casi todo encaja a la perfección.

La novela está dividida en 10 capítulos, cada uno de los cuales está separado por tres áreas o esferas de influencia en la trama argumental general: La esfera de Siobana, dios del trueno, protector de la nación Salgaria: la esfera de Wultan, dios omnipresente en Fingard, validador del imperio y eterno contrincante del primero; y la esfera de Anther'a, la némesis de la vida, el nuevo poder que ha vuelto para rivalizar con los dos primeros y romper las reglas del juego. Cada capítulo, pues, ofrece tres puntos de vista diferentes basados ​​en las experiencias de tres personajes, un sistema que hemos comprobado que utilizan también escritores de la talla de Joe Abercrombie o Brandon Sanderson. Tres maneras de ver los mismos problemas, tres formas de desarrollar una historia donde el autor se esfuerza en evidenciar que entre los humanos no hay buenos o malos si no intereses a favor o en contra, en cambio en el mundo de los dioses, sólo existe una fuerza que prevalezca: la destrucción de los contrarios para tratar de permanecer, acumular seguidores y acólitos para convertirse realmente inmortal.

Sergio Mars retrata bien los cuatro personajes humanos, todos ellos líderes empáticos, y deja más en la áurea de misterio a los dioses: Desde la presencia sutil de Siobana, sólo contemplada a través de fenómenos naturales o intuida en sueños, a la posesión a través de la cual se expresa Wultan o la reencarnación pura y dura de Anther'a. Tres tipos diferentes de interacción con los humanos que demuestra también que las divinidades no tienen porqué pensar igual.

Una novela, pues, que ofrece lo que promete: Épica en mayúsculas, sin caer en servilitudes a los estereotipos propios del género. Una prosa eficiente, nunca aburrida, que engancha, y un argumento - repito - que apuesta por la coherencia por encima de la espectacularidad. Quizás el único toque de atención sería cierta desviación de este camino marcado en los capítulos dedicados a la investigación de los "ausentes " que hace cierto olor de un deus ex machina pero que tiene un peso relativamente poco importante en la historia .

Que todo esto se pueda introducir en una sola novela de poco menos de 350 páginas, sin construir sagas inacabables es la mejor recompensa para los amantes de la fantasía épica y heroica. Hace un tiempo me encontré con una sorpresa similar leyendo Dos Coronas de Susana Eevee. Ojalá pudiera seguir leyendo textos de esta calidad, breves, originales y sobre todo con este gran nivel literario.

Eloi Puig 24/10/13

 

 

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