L'home minvant
CF/ TERROR
 
     
 
 
 
 

L'HOME MINVANT
The Shinrinking Man
(1956)

Richard Matheson

Editorial:
Laertes
(2023)


Col.lecció:
L'arcà

Núm:
110

Pàgines:
280

Traductor:
Jordi Dausà

Il·lustrador:
Albert Monteys





 

 
     
El hombre menguante

He tenido mucha suerte con este libro. He llegado a él sin saber absolutamente nada. Sí, claro, un título tan explícito te da pistas para intuir por dónde irán los tiros, pero dejando de lado una vaga premisa sobre un hombre que decrece... no tenía ni idea de a qué me enfrentaba. Esto se debe a mi fobia, que siempre me ha impedido ver la película homónima o acercarme a menos de cien metros de algunas ediciones en castellano donde aparece la bestia aquella llenando toda la cubierta. Así que doy doblemente las gracias a Laertes y a Albert Monteys: por traernos este clásico indiscutible en catalán y por dibujar un gato donde otros ponen un artrópodo peludo.

Y es que empezar a leer esta novela del gran Richard Matheson es una aventura como pocas. Después de un preámbulo extraño nos sumerge en un principio de infarto in media res, donde no sabes qué pasa pero donde enseguida compruebas que un hombre corre para salvar su vida perseguido por el peor de los depredadores posibles: una bestia peluda de demasiadas patas (aunque le falte una) y de un tamaño imposible que pretende atrapar a nuestro protagonista, Scott Carey.

Pero enseguida Matheson nos intercala los recuerdos de nuestra pobre víctima y de cómo su situación llegó al terror absoluto donde minutos atrás se veía sometido. Y ésta es una de las virtudes de la novela: una estructura que nos lleva del presente al pasado y en la que vamos encajando las piezas para dibujar el drama que está sufriendo Carey.

Estamos hablando de un doble terror. Por un lado, el terror físico del presente, del hecho de medir pocos centímetros y enfrentarte a un universo nuevo lleno de peligros. Por otro, el trauma de comprobar que te vuelves cada vez más pequeño sin poder evitarlo. Convivir con tu familia, con médicos que no entienden qué te pasa… y contigo mismo. Una persona normal que sin previo aviso comienza a encogerse unos milímetros cada día y va convirtiéndose en cada vez más pequeño, ¿Cómo enfrentarse a esto? Cómo no enloquecer y desesperarse ante un hecho que te hace vivir el mundo cada semana bajo una perspectiva diferente, no sólo física, sino también mental.

A veces se reían incapaces de mantener la cara larga en cada momento del día. Reían, quizá por algún chiste, un momento de diversión huidiza. Pero después el horror los ahogaba de nuevo, como un océano negro derramándose sobre un dique. Las risas nunca duraban mucho, la alegría era efímera. La conciencia de que Scott se estaba encogiendo volvía a adueñarse de sus pensamientos, torturándoles noche y día

Matheson, pues, escribe una epopeya dramática y combina un presente donde Scott ya tiene un tamaño diminuto y debe luchar por sobrevivir en un sótano que parece una ciudad entera, con un pasado donde vamos comprobando y entendiendo por todo lo que lo Scott ha pasado hasta encontrarse solo en este peligroso mundo donde el simple hecho de encontrar agua o comida consume ya todos tus recursos físicos. A veces, el detallismo con que Matheson relata las peripecias de este hombre menguante puede parecer exasperante, pero al mismo tiempo, evidencia las mil y una dificultades de realizar cualquier acto cuando mides menos de dos centímetros. Cómo se las ingenia una persona para subirse a una silla o para buscar restos de galletas sobre un armario. Da, pues, una visión sofocante de lo que sería una vida si nuestro tamaño fuera ese.

Y claro, en el sótano también está ella. Esperando, expectante, consciente de que hay algo raro que se escapa de su dominio infernal, de lo más alto de la cadena trófica del submundo que domina con placer. El enfrentamiento es inevitable pero es mucho más que eso, es la excusa que necesita Scott para enfrentarse a los terrores que irá descubriendo a medida que se encoja más. Pero primero hay que ocuparse de ella.

(...) ‘En el fondo sabía que la araña estaba viva. Aquella bestia era inmortal. Era más que una araña: Representaba a los terrores de este mundo encarnados en un monstruo de mandíbula venenosa. Aquella araña era la materialización de cada ansiedad, de cada debilidad, de cada miedo a su vida, todo en forma de una criatura negra como la noche. (...)

Reconozco más de un escalofrío mientras leía párrafos como éste, pero ésta es una opinión completamente subjetiva, fruto de una fobia extrema que me afectó desde que tenía unos seis o siete años. Pero carai, Matheson es un maestro y expone de forma sublime el terror a la bestia más infame que puebla nuestro planeta:

(...) Se quedó petrificado, absorto en la contemplación del avance de la aberración que se hacía mayor en cada segundo que pasaba. Ya podía verle los ojos negros, las mandíbulas crueles, similares a pinzas que tenía a la altura de la boca, los pelos de las patas, el cuerpo ovalado. Se acercaba más y más, se retorcía de forma grotesca. (...)

El hombre menguante fue quizás la consolidación definitiva de Matheson en el mundo del formato largo, fue su cuarta novela (dos años antes había escrito otro clásico olmo es Soy leyenda) y qué novela señores: una obra que especula con los temores del momento (hablamos del año 1956, por tanto todo lo que tuviera que ver con las radiaciones nucleares) pero que a la vez nos conmueve de forma extraordinaria —el capítulo del circo es sublime— y nos despierta el espíritu de aventura pura y dura en los capítulos centrados en el presente. A pesar de algunos excesos de detallismo en algunas páginas, la lectura está viva, amena y te atrapa desde el principio.

Una obra maestra de esta edad dorada de la ciencia ficción... que se viste de terror para ofrecernos este paseo por los horrores individuales y del entorno donde un hombre descubre y visiona un mundo cada vez más pequeño y diferente.y que acaba con una imagen potente y muy coherente donde todo parece posible ante las puertas de un universo nuevo.

Eloi Puig
08/06/2024

 

Premios:

 

 

Búsqueda por secciones:
Ciencia-ficción
Fantasía
Terror
Cómic
Revistas
 
  Creative Commons License
Este texto está bajo licencia de Creative Commons.