Los 4 Fantásticos de John Byrne 1
 
     
 
 
 
GUIÓN


DIBUJO
 

LOS 4 FANTÁSTICOS. de john byrne
(1981-1982)

Guion
John Byrne
Stan Lee
Bill Roseman
Fred Hembeck
Jim Shooter


Dibujo:
John Byrne
Jack Kirby
Anthony Castrillo
Fred Hembeck


Editorial:
Panini
(2015)


Col.lecció:
John Byrne

Núm: 1

Sèrie:
Los 4 Fantásticos

Números originals:

Fantastic Four
#232 to #250
What If? #36
Fantstic Four Special Edition One-Shot
Marvel Age #14
What If? Vol. 2 #109




 
     
Los 4 Fantásticos
de John Byrne 1

Continuo. Sigo reseñando mis queridos 4 fantásticos sin pretender descubrir nada que la mayoría de vosotros no supierais y sin más objetivo que dejar mis impresiones a los superhéroes de la casa de las ideas que más me marcaron en su momento, tal vez sólo a la altura del incombustible Spiderman. Durante los últimos dos años he repasado las etapas más clásicas de los 4 fantásticos, desde que Stan Lee y Jack Kirby los crearon a finales del 1961. Han sido 231 números que recopiló en su momento Panini en diez volúmenes OmniGold.

Pero aunque nos maravillamos con algunas sagas y sobre todo con la creación de enormes personajes, es cierto que había que otorgar un poco de cambio en las historias y también a ciertas personalidades de los protagonistas. Y esto lo hace John Byrne a mediados de 1981 cuando se encargó de dirigir la colección de las dos vertientes: El guion y la ilustración. Era la primera vez que un mismo autor escribía las tramas y las desarrollaba también gráficamente. Y el resultado fue una etapa de casi 80 números de una altísima calidad. Este primer volumen, integra desde el Fantastic Four #232 al Fantastic Four #250, el What If #36, Fantastic Four Special Edition One-Hot, así como curiosidades para acompañar el presente volumen como la parodia Fantastic Four Roast One-Hoat, la entrevista al autor en Marvel Age #14 o el homenaje a una de las historias de John Byrne que se hace muchos años más tarde con el What if? Vol. 2 #14.

Gracias a un buen amigo, toda la etapa de John Byrne ante los 4 fantásticos ya la leí hace cosa de unos 20 años por lo que no me cogió demasiado por sorpresa rememorar las aventuras de nuestros súper-héroes de la mano de Byrne. Pero releer la manera con que este autor volvió a consolidar a Reed Richards, Sue Richards, Johnny Storm y Ben Grimm como personajes más humanos aún de cómo los habían imaginado Lee y Kirby fue una tarea considerable y no siempre rápida.

El primer número que con Byrne coge la dirección absoluta de la colección es el Fantastic Four #232 y se trata de una aventura simplona con el retorno de Diablo (uno de los malvados a quien tengo más aprecio, por cierto) pero que sigue con una línea continuista. Poco a poco, sin embargo, Byrne introduciendo guiones más verosímiles —teniendo en cuenta que estamos hablando de aventuras súper-heroicas claro— por ejemplo con detalles como explicando que existe un traductor universal o dilatando las obras de reconstrucción del edificio Baxter después de una batalla... todo ello para dar un aire de que todo tiene una explicación y de que no todo se arregla por arte de magia.

También cambió de forma bastante elegante los extraordinarios dibujos de épocas anteriores (sigo siendo un ferviente admirador de George Pérez o Keith Pollard). No es que Byrne dibujara mejor: Es que transformó a nuestros héroes a personas más reales, eliminando el exceso de músculo, por ejemplo. El único que no notó demasiado el cambio fue la Cosa. Bueno, esto no es cierto: durante varios números retornó a la fase original que tuvo en los primeros números de la colección, con el aspecto más arcilloso. Dejando de lado que el mismo Byrne comentó que el experimento no fue un éxito (parece que era más difícil de dibujar en este estado que en el rocoso) sí sirvió para introducir una subtrama muy especial sobre el porqué La Cosa no podía transformarse en Ben Grimm aunque el más grande científico del mundo, Reed Richards, lo probaba sin parar —también animado por el sentimiento de culpa, todo hay que decirlo—.

Como decía, los primeros números de Byrne sólo resaltaron el cambio en el dibujo. Pero poco a poco fue introduciendo tramas muy interesantes que empezaron a cautivar. El retorno de Galactus fue memorable pero también la conversión de la novia de Johnny Storm —Frankie Raye— en mucho más que una simple pareja con fobia al fuego. También vuelve Gladiador (que no lo veía desde La saga de Fenix ​​oscura de los X-Men) y obviamente un número de enemigos suficientemente elevado para hacernos pasar un buen rato. Pero ¡Ah! No tantos como podríamos suponer: Encontraremos a Terrax, que viene ligado con la saga de Galactus, lo que repercutirá más adelante en uno de los mejor guiones de Byrne —y posiblemente de todo Marvel—, Ego, el planeta viviente, los campechanos skrulls y muy especialmente el Dr. Doom que retorna en plena forma.

Otro hecho a destacar de estos primeros números de John Byrne es que la Sue Richards se empieza a revalorizar como personaje. De hecho, hay un episodio magnífico alrededor de ella donde debe combinar su papel como mujer independiente, madre y heroína para intentar salvar la vida de su hijo. Este aspecto de mujer fuerte ya la había cultivado brevemente autores como Gerry Conway cuando por ejemplo Sue decidió separarse de Richards, pero Byrne la ha vuelto a levantar y la ha colocado en un listón bien elevado. Esto me lleva a comentar que volveremos a comprobar que Franklin Richards, no es sólo un niño que se cuelga del cuello de su madre o de su cuidadora y que poco a poco sus poderes latentes se hicieron evidentes e imprevisibles.

A destacar pues, que el cambio en el aspecto de Mr. fantástico —adelgazándolo— y de Sue Richards —con un peinado más corto y un aspecto más maduro, pero sin perder jovialidad— hay que añadir una cuidada trama en torno al trauma de Ben Grimm que arrastra desde el primer número y de la pérdida —otra vez— de la pareja de Johnny Storm. Todos ellos elementos relevantes. En cuanto a las historias destacaría la originalidad de Terror en una Ciudad pequeña (Fantastic Four #236) a pesar de que el argumento se coge por los pelos, la repercusión sobre Ben Grimm es muy impactante (I da lugar al homenaje que le hicieron a esta historia al número What If? Vol. 2 #109 que aparece al final del tomo). En cuanto las líneas de carácter más cósmico hay que volver a evidenciar que la presencia de Galactus es siempre un as ganador (Fantastic four #242, a #244). Muy especialmente insisto en número El fin de la infancia (Fantastic Four #245), que toma el título homónimo de la novela de Arthur C. Clarke (pero que no tiene nada que ver).

Nada más, Byrne comenzaba a dar pasos firmes en el universo el 4 Fantásticos... y se consolidaría de forma innegable en el siguiente volumen.

Eloi Puig, 15/11/2020

 

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