Fafhrd y el ratonero gris. Integral
CÓMIC- FANTASÍA HEROICA  
     
 
 
 
ETAPA DE LOS 90

GUIÓN



DIBUJO
 

FAFHRD Y EL RATONERO GRIS
Fritz Leiber's Fafhrd and the Gray Mouser
(1990-1991)

Guin
Howard Chaykin

Dibujo:
Mike Mignola


ETAPA DE LOS 70




GUIÓN


DIBUJO


FAFHRD Y EL RATONERO GRIS
Fritz Leiber¡s Fafhrd and the Gray Mouser: The cloud of hate and other sories
(1970)

Guion
Dennis O'neil
George Alec Effinger


Dibujo:
Howard Chaykin
Water Simonson
Kim Stalin

E
ditorial:
Norma Editorial
(2024)


Colección:
---

Núm:
---

Páginas:
320

Traductor:
Ernest Riera



 
     
Fafhrd y el Ratonero gris. Integral

La primera vez que leí fantasía heroica fue descubriendo a estos dos bribones llamados Fafhrd y el Ratonero Gris de Fritz Leiber. Antes que Elric, que Córum, mucho antes de leer a Conan. Fue como siempre, por casualidad. A comienzos de los noventa, en Cal Figarot de Vilafranca, un amigo nos describía con fervor lo extraordinario que le había parecido el relato «Aciago encuentro en Lankhmar» (¡Ganador de los premios Nebula y Hugo ni más ni menos!), lo profundamente que le habían llegado las palabras expresadas por el Ratonero cuando le dice a su compañero: «¡Solo diez latidos para poder armarnos!», cuando se dan cuenta del terrible suceso ocurrido en los barrios bajos de Lankhmar y que los unirá para siempre.

Yo también disfruté muchísimo de aquel relato… y también de otros. Que sepáis que el término Espada y Brujería se concibió aquí, bajo la pluma de Fritz Leiber, que fue quien lo definió. Yo siempre he sido más amante de la espada que de la magia, de la brujería. Y eso lo evidencian mis —brevísimas— reseñas que escribí hace unos 25-30 años (antes incluso de abrir La Biblioteca del Kraken), donde destacaba mucho más las aventuras en las que la magia era escasa y los dos amigos podían explayarse con sus dones. ¿Y cuáles eran esos talentos? La lucha, la esgrima que los definía como los mejores espadachines de la ciudad de Lankhmar, el mal beber, las conquistas femeninas y, sobre todo, un sentido del humor innato que provenía tanto del coloso nórdico que era Fafhrd como del menudo Ratonero Gris. (Sufrí un poco, pero después de siete libros reseñados aprendí a escribir Fafhrd a la primera. Y desde entonces no lo he olvidado nunca).

En castellano, Martínez Roca publicó siete volúmenes dentro de la mítica colección Fantasy, con aquellas grandísimas cubiertas de Royo, y años más tarde Gigamesh también publicó toda la producción de Fafhrd y el Ratonero Gris en dos magníficos volúmenes (y nueva traducción).

Lo que yo no sabía era que a comienzos de los años setenta se había hecho una pequeña tirada en cómic adaptando algunas de las aventuras de los distintos volúmenes que componen la serie. Y que veinte años más tarde Howard Chaykin —quien había sido uno de los principales ilustradores en los setenta— se pasaría al otro lado del banco creativo y guionizaría otra serie de cómics, esta vez ilustrados por un Mike Mignola todavía bastante desconocido.

Así pues, este volumen integral es la obra completa de los cómics de los setenta y de los noventa, con material extra, prólogos explicativos, cubiertas y todo ello en una edición de lujo francamente bonita.

Vamos a hablar de las dos etapas y empezamos por la última (1990-1991), la publicada bajo el sello Epic Comics, guionizada por Howard Chaykin y dibujada por Mike Mignola, tal como se nos presenta en el volumen integral. En esta etapa se adaptaron algunas de las tramas más famosas de este dúo de espadachines juerguistas, como por ejemplo «Infortunio en Lankhmar» (una traducción diferente del cuento que me deslumbró por primera vez), donde nuestros amigos sufren una pérdida irreparable y eso, de rebote, los convierte en buenos camaradas; o «El bazar de las rarezas», donde una extraña tienda aparece en un callejón y parece poseer todo lo que desearías comprar; y «La Torre que Aúlla», una buena historia que transcurre en parte en otro plano existencial, con mucho terror y sangre.



Estos son algunos de mis relatos preferidos y es donde Mignola se convierte en amo y señor con su estilo inconfundible. Son adaptaciones fieles y el expresionismo de Mignola, con los tonos oscuros y las sombras envolventes, recrea a la perfección la ciudad de perdición, epicentro del mundo de Nehwon, que es Lankhmar. Como en general los relatos son breves, resultan idóneos para plasmarse en cómic en relativamente pocas páginas. Mignola alcanza la excelencia en muchas viñetas, repletas de acción, conflicto y tinieblas, y a través de Chaykin no solo se nos acerca al talante divertido y fanfarrón de los dos amigos, sino que se nos presentan los principales personajes que suelen acompañar de refilón a nuestros antihéroes: los misteriosos magos Sheelba del Rostro Sin Ojos, protector del Ratonero Gris, y Ningauble de los Siete Ojos, que ejerce la misma influencia sobre Fafhrd.

En cuanto a la primera época, es curioso que en esta etapa de los cómics de 1970, publicada por Dark Horse, no se adaptaran las aventuras más conocidas de nuestros bribones preferidos, si exceptuamos la magnífica «La nube del odio». Cabe destacar que algunos de los guionistas son muy conocidos dentro del mundo del cómic americano o del movimiento literario del ciberpunk de los ochenta. ¡Hablo ni más ni menos que de Walter Simonson y George A. Effinger!

He de decir que, después de deleitarme con la etapa de Mignola, volver a los años setenta, con aquel exceso de color, con la falta de detalle y, en definitiva, con un estilo impuesto por Chaykin que era hijo de la época, te hace sentir un poco fastidiado, pero creo que ha sido una buena idea reunir ambos periodos para poder comparar cuán contundentemente había evolucionado el dibujo mientras se seguían contando las mismas historias. En mi modesta opinión, el último número de esta tanda de cómics de los setenta («Ratón en solitario»), con guion de Effinger e ilustraciones de Jim Starlin y Al Milgrom, es ostensiblemente mejor que sus predecesores, dibujados por Chaykin.



Una pareja de canallas, bribones, golfos, antihéroes… da igual cómo queráis definirlos, pero lo cierto es que hicieron historia en los lejanos años sesenta (aunque las primeras aventuras fueron escritas a finales de los cuarenta) bajo la pluma de uno de mis autores de referencia, Fritz Leiber, que incomprensiblemente nunca ha sido traducido al catalán (por este motivo he mantenido en todos los títulos de los cuentos la traducción castellana que he leído). Quizá ahora que parece que hay editoriales que apuestan por acercarnos clásicos de la fantasía heroica como los relatos de Conan el Bárbaro, se animen algún día a descubrirnos en catalán a dos personajes esenciales dentro de la historia de la Espada y la Brujería: Fafhrd, el nórdico de más de dos metros, bebedor, punzante, fanfarrón y uno de los dos mejores espadachines de Lankhmar… y el Ratonero Gris, menudo, ágil, chulesco, listo como una comadreja y también uno de los dos mejores contendientes de Lankhmar.

Un volumen, pues, quizá muy enfocado a los nostálgicos como yo, pero que puede abrir caminos a quien quiera descubrir a personajes memorables de los años en que la fantasía heroica se establecía como referente dentro del fantástico.

Eloi Puig
24/12/2025

 

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