| 
             
              
              Una de las muchas cosas  de las que me quejo a menudo en este difícil mundo de la ciencia  ficción en catalán es que faltan obras que quieran sumar esfuerzos  desde un punto de vista más pulp, más de cara al  entretenimiento y salvar distancias con todo lo trascendental. Sí,  la ciencia ficción es reflexión, es especulación pero también es  aventura, es diversión. Y vamos tan poco sobrados de todo esto que  cuando aparece una obra como El crit de les ultracoses (El grito de las ultracosas), no podemos hacer otra cosa que  sonreír y disfrutarla. 
             Porque ¡atención! ¡El  título no engaña!  El crit de las ultracoses es una novela distendida,  amena y que sin olvidar una trama argumental más que decente nos  sumerge en una invasión alienígena en Girona, como quien no quiere  la cosa. No es la primera vez que encontramos una obra de este estilo  escrita por autores catalanes, quizá el último referente para mí  fue L'any de la plaga (El año de la plaga) de Marc Pastor,  por la simpatía y la alocada vida de su protagonista. O también de  forma más seria tenemos la hasta ahora duología de Joan Marcé, Un intrús a l'estany y El Visitant. 
             Ahora bien, hay un hecho que ha alterado mi percepción de la novela. Silencio sepulcral durante unos segundos, por  favor. 
             Sergi Caballero, periodista, con toda su  buena fe nos escribe un prólogo titulado La seducción del  antihéroe y nos habla de algunas de sus influencias a la hora de definir el carácter de  Raül Costa, el protagonista absoluto de esta historia. Y  es que al prologuista le gusta mucho Bruce Willis en aquella magnífica  película que es El último Boy Scout ... y no tiene  vergüenza en señalar que Raül Costa bebe de esa fuente. Y claro,  un servidor que considera que ese film es una de las mejores  aventuras (por no decir la que más) de Bruce Willis, ya no se pudo  sacar de la cabeza su imagen implantada en el rostro de Raül Costa.  Ah! Sergi Caballero nos ha condicionado a ver en Willis corriendo y disparando  por Girona. Y además, de forma indirecta nos ha influido para que  veamos la novela como una película de acción! Esto es el desliz  involuntario, no hay más. pero ahora analicemos un poco la novela 
            El crit de las  ultracoses. Un título que a priori parece pensado  para divertirse o para parodiar y que no disimula sus semejanzas con  clásicos de temática similar; una novela que esconde una trama de  ciencia ficción, mezclada con toques de novela negra. Escrita en  estricto presente, directa pero con frenadas de vez en cuando para  que aflore un chiste, un gag, un momento de distensión. Todo  ello provoca que la historia avance a un ritmo frenético, bien  dirigida, también bien narrada y que a menudo nos venga a la mente  la idea de que funcionaría de maravilla al cine. Quizás la pasión  de David Ruiz por el cine y los guiones que ha escrito le han pesado  a la hora de asomarse a escribir. En este sentido me ha recordado  también el trabajo de Pau Escribano en Aquell d'allà no  sóc jo. El ritmo, los diálogos, los chistes ... recuerdan un  poco demasiado a un guión cinematográfico. Pero en este caso Ruiz  consigue enganchar un poco más y alcanzar la difícil meta de  equilibrar la diversión, la intriga y la trama argumental. 
             Por cierto que esta  consiste en una investigación que inicia Raül Costa, policía de  Girona alcohólico, dejado y desaliñado, cuando le llega el caso de  unas extrañas muertes que tienen todas un denominador en común: El  televisor encendido y retransmitiendo absolutamente nada, sólo la  típica nieve blanca. A partir de ahí irá descubriendo cómo estos  extraños hechos tienen una relación que no se espera y le hará  hace abrir la mente, justo cuando más ganas tiene de dejarlo todo.  Ciencia ficción en un entorno tan conocido como Girona. Momentos muy poltergeist mezclados con canciones del grupo Manel, historia  divertida pero también lo suficientemente serena para que no resulte  ninguna aventura alocada. Todo ello son algunos de los muchos  elementos que configuran este pulso narrativo que nos ofrece David  Ruiz. 
             He disfrutado leyéndola.  Sin que la historia sea del todo original, sí que David Ruiz nos ha  transmitido diversión y una trama coherente, que hoy en día ya es  mucho. Y además, si queremos, también podemos encontrar motivos de  reflexión pero por encima de todo es una novela fresca y amena que  nos muestra las puertas de la ciencia ficción más entretenida y que  tanta falta hace en nuestro país. 
             La novela tuvo una  mención especial al premio UPC de 2014 y este año ha entrado como  finalista en los Premios Ictineu 2016. En noviembre sabremos si ha  ganado o no. 
             Eloi Puig 
             25/09/2016 
              
           | 
           
             |