CERCALLUMS
Light chaser
(2021)

Peter F. Hamilton & Gareth L. Powell

Editorial:
Editorial Chronos
(2021)

Col.lecció:
Voyager

Núm: 07

Pàgines: 164

Traductor:
Lluís Delgado

Ilustrador:
Andreu Zaragoza

Qué gusto, qué placer descubrir que todavía se hacen novelas de ciencia ficción con la capacidad de sorprender y transmitir sentido de la maravilla por cada una de sus poco más de 150 páginas. Y qué delicia es comprobar cómo una editorial pequeña y sin ánimo de lucro como es Chronos, puede acercarnos una edición de primera de una novela actual, contemporánea y que está llamada a ser recordada.

Peter F. Hamilton y Gareth L. Powell nos presentan una novela corta y concisa, penetrante y explosiva pues nos abre muchas puertas, sí, nos libera la mente llevándonos por los caminos de la imaginación desbordante y para dejarnos boquiabiertos con una trama sencilla pero altamente adictiva. Una puesta en escena donde ves tantas posibilidades que se te pone la piel de gallina con sólo pensar en ello.

Pero la novela comienza extraña, in media res, con dos personajes dialogando y sin entender qué están tramando. Un primer capítulo premonitorio que nos aboca a la fascinación pero bajo una lectura densa e incluso con toques de hard. Pero no os asustéis. Es sólo un preámbulo, o una conclusión si lo deseáis, pero detrás se esconde una trama original, atrevida y sugerente que incluso se puede interpretar como una historia de amor cósmico a través del tiempo y del espacio

Los surcaluces (creo que esta es la traducción que se le ha dado en castellano) son humanos modificados genéticamente para vivir siglos, quizás incluso milenios. Viajan por las estrellas, de planeta en planeta en trayectos que duran años, confeccionando una trayectoria cíclica, un camino marcado que les lleva a visitar una vez cada mil años varios mundos habitables dentro del Dominio. Este conglomerado de cientos de mundos es el resultado de una expansión sin precedentes de la humanidad, realizada siglos atrás donde se terraformaron y colonizaron planetas, lunas o incluso se construyeron espacios artificiales donde la humanidad se fue desarrollando a su ritmo, pero sin ningún tipo de unión o nexo unos con otros.

Así pues, encontramos planetas completamente tecnológicos pero también existen con sociedades medievales de gran brutalidad. Descubrimos desde escenarios de gran complejidad política a otros en los que reina la brutalidad del más fuerte. Y es que estos planetas tienen todos una circunstancia común: son estables, son perennes y nunca evolucionan de los estándares que han alcanzado.

Nuestra surcaluz se llama Amahle. Ha vivido muchas vidas y su memoria no puede recordarlas del todo. Aunque su cuerpo se vaya regenerando y actualizando, su memoria es finita y va perdiendo recuerdos de su pasado más remoto. Pero le da igual: Ella es una surcaluces, un personaje venerado casi como un dios que visita planetas, cortes, gobiernos de decenas de mundos, que acoge amantes, confidentes y regalos de tantos otros. Y su única misión es repartir (y posteriormente, al cabo de mil años, recoger) unos collares de memoria, que gentes escogidas de cada sociedad llevan alrededor de su cuello, pasándolo a hijos, nietos y bisnietos etc

(...) “Era como si una deidad poderosa pero parcialmente olvidada hubiera decidido de repente asomarse por el planeta para comprobar si todo el mundo seguía respetando sus mandamientos” (...)

Pero un día Amahle descubre una grabación extraña en uno de los collares de memoria. Una recreación de hechos, diálogos, sensaciones y escenarios de una conversación donde una persona se dirige a ella, a la surcaluces, y que parece conocerla. Es un hecho extravagante que lleva a nuestra protagonista a querer buscar respuestas o más bien a hacerse más preguntas, a romper el status quo de su larga y llana vida.

Y es aquí donde la imaginación de los autores estalla aún más para traernos esta historia que podría desplegarse infinitamente porque los ojos de Amahle contemplan maravillas de mil y un mundos, sociedades diferentes ancladas en tiempos que a nosotros nos permiten soñar con el futuro y con el pasado, con lo inconcebible pero también con lo tan cotidiano, con la riqueza de lo que puede ser y de lo que fue. Amahle es la punta de una flecha que por un lado nos enseña muy brevemente las mil capas que puede tener toda sociedad humana, pero por el otro, nos hace abrir los ojos con una premisa de carácter cósmico y casi inconmensurable que se esconde detrás de su existencia

No os perdáis esta pequeña maravilla de la ciencia ficción. Una novela que va al grano sin menospreciar una buena historia y una narración más que notable. Ojalá nos llegaran más historias como ésta, donde el sentido de la maravilla nos hace estallar la cabeza, donde disfrutamos de buenas ideas como nunca.

Eloi Puig
19/03/2023