Caront
CF- COLONITZACIÓ
 
     
 
 
 
 

CARONT
(2023)

Jordi de Manuel

Editorial:
Editorial
Clandestina
(2023)


Colección:
---

Núm:
079

Páginas:
278


Otras ediciones:

No existen ediciones castellano

 
     
Caront

Es de todos sabido que Jordi de Manuel tiene dos vertientes literarias que son la novela negra y la ciencia ficción. Dos géneros populares que a menudo se complementan y de hecho se retroalimentan. El autor barcelonés ha publicado decenas de novelas en uno u otro género pero quizás hasta hoy no había realizado un acercamiento tan preciso a ambas vertientes como en la presente novela, Caront: El equilibrio ideal para combinar una ambientación futurista y unos cuantos asesinatos en el espacio.

El Cub es una nave espacial dividía en veintisiete compartimentos iguales que simula precisamente eso: un Cubo geométrico. Viaja por nuestro sistema solar en dirección a la luna de Plutón. La misión: construir una base estable en Caronte para ayudar a futuras expediciones fuera del sistema solar. Una parte de la tripulación permanece en hibernación a la espera de que transcurran los meses necesarios para cambiar el turno mientras otra parte permanece despierta. La inmensa mayoría de la tripulación son científicos de primer nivel en diversas disciplinas.

Jordi de Manuel no pierde ni un segundo y con un prólogo de lo más efectivo nos muestra cómo el capitán de la nave despierta a Sara Bruc, uno de los miembros del cuerpo de seguridad de la nave. El motivo: En cuatro días ha habido tres misteriosas muertes, todas ellas en una misma sala especial en el centro de la nave. Y esto ya no hace pinta de accidente.

La sala en cuestión es un espacio donde se pueden recrear hologramas inmersivos en realidad virtual —la sala de hologramas de toda la vida de Star Trek, para entendernos— y es allí donde se dirigen todas las miradas y sospechas de los integrantes de la nave. Sara Bruc, pues, tiene el difícil papel de averiguar si las muertes han sido accidentales o —como todo apunta— han sido asesinados y por tanto su labor consistirá en descubrir el móvil y el autor de los hechos.

La novela se estructura en torno a la investigación de nuestra protagonista, Sara Bruc, y de las conversaciones que mantiene con la tripulación. Mientras se van abriendo puertas, estancias y pasillos del Cub vamos observando algunos de los experimentos que los científicos desarrollan mientras dura el largo viaje a Caronte y además, descubrimos algunos aspectos clave de la nave y de los androides y robots que también la pueblan. En este punto hay que decir que el autor nos ofrece guiños a autores clásicos como Asimov (con referencias específicas a la psicohistoria o a uno de sus grandes personajes somos es R. Daneeel Olivaw) pero también a otros autóctonos como la misma Carme Torras donde le realiza un pequeño homenaje nada disimulado.

La novela tiene un ritmo constante y está narrada de forma muy eficiente. Jordi de Manuel ofrece lo que esperábamos, al menos al principio: un misterio, cadáveres y una investigadora que sufre por hacer su trabajo pero que le pone todo su interés. Sin embargo, hay algunos aspectos que me tambalean un poco: Para empezar la nave en la que viajan por el espacio tiene una estructura extraña que me ha desconcertado (la veo pequeña y no entiendo demasiado bien cómo se mueven por unos pasillos y tubos de no gravedad), pero esto en el fondo no es importante, aunque desconcierta un poco. La nave en sí da la impresión de ser un laboratorio aséptico que viaja por el espacio con unos científicos que se dedican a su trabajo y que interactúan poco entre ellos hasta el punto de que también los ves como parte de uno ambiente o paisaje anodino. De hecho, a la narración le echo de menos un poco de emoción y más intriga en una novela que tiene un planteamiento más que interesante. Es cierto que tenemos un misterio por resolver pero el formato de entrevistas y la poca aventura por los pasillos de la nave le van restando interés a medida que avanza la trama. Los sospechosos acaban siendo los contados tripulantes y científicos con los que el agente de seguridad interacciona pero carecen de profundidad que con los pocos diálogos que disponen no se consigue.

En cuanto al escenario de los crímenes, la sala de realidad virtual, la he encontrado poco definida en el contexto de la historia y con algún —pienso— error en su funcionamiento (aunque no es vinculante para el argumento). Y en cuanto a la resolución de todo esto no creo que esté a la altura de los planteamientos iniciales. Jordi De Manuel, obviamente, cierra de forma coherente la novela, pero te deja una sensación de vacío como si te esperaras algún giro más destacable, especialmente en la causa física de las muertes. En mi modesta opinión, la nave como escenario está desperdiciada quizás porque pensaba que su peculiar estructura en forma de cubo sería clave en la historia. En cambio, la incorporación de androides con forma humana sí que le da un punto de interés a la trama policial pues ofrece más sospechosos con los que interactuar.

Sea como sea, éste es un buen ejemplo de mezcla equilibrada de narrativa que combina, como comentaba, las dos pasiones literarias de un autor consagrado como Jordi de Manuel. Es un trabajo muy correcto, pero del que quizás te esperabas más. Claro que esto quizá se deba a las expectativas que te creas tu solo.

Eloi Puig
29/11/2023

 

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