Ahora solo queda la ciudad
TERROR- ANTOLOGIA
 

AHORA SOLO
QUEDA LA CIUDAD

(2020)

Cristian Romero

Editorial:
La máquina
que hace ping
(2020)


Colección:
Ojos de plato

Núm:
---

Páginas:
128


   
Ahora solo queda la ciudad

Una de las muchas asignaturas pendientes que tengo con el fantástico es conocer mejor la literatura latinoamericana de este género. Hasta hace relativamente poco sólo había leído cuentos dispersos, algún clásico como Borges o Gorodischer y poco más. A raíz de la inmersión que realicé con la recopilación Insólitas descubrí varias autoras más. Pero hasta ahora la única antología de relatos fantásticos de un autor latinoamericano que tenía bien leído era la muy notable Cosmografía profunda de Laura Ponce (también publicada, por cierto, por la Máquina que Hace Ping). Ahora descubro al colombiano Cristian Romero que además, nos acerca una recopilación repleta de relatos fantásticos desde una vertiente inquietante y terrorífica.

No suelo fijarme demasiado en los prólogos de las publicaciones pero en este caso venía firmado por una autora como Elia Barceló que siempre merece una atención especial. Y claro, todo lo que anuncia Barceló sobre los cuentos de Cristian Romero es cierto. Tanto, que más de una vez me ha quitado las palabras de la boca al escribir esta de reseñar la obra.

Nos encontramos ante un volumen ecléctico, con cuentos relativamente cortos donde Romero se emplea en hacernos sentir incómodos bajo una narrativa hipnótica que deja entrever más de lo que nos resaltan las palabras. A menudo el autor no explica el cómo o el porqué de la situación que describe. No es que lo deje todo en nuestra interpretación, es que no ve importante dedicar tiempo a narrarnos donde estamos y porqué. Romero deja que las palabras broten, describan sensaciones, estados de ánimo, sin profundizar demasiado en los personajes y sus motivaciones. Son como un sueño, un vaivén de la realidad acompañado de momentos de angustia, de tensión.

Los cuentos de Romero pretenden eso mismo: ofrecernos una sensación incomoda y un texto que no siempre parece terminado. A menudo, pues, no encontramos un final conciso, si no un estado alterado, diferente al del comienzo, al que hemos llegado bajo una prosa llena de inquietud y angustia que a menudo la podemos tomar como parte de la ambientación; en otras historias notamos como una sensación que nos remite, como muy bien decía Elia Barceló, al realismo mágico.

Los cuentos tienen puntos de partida muy diferentes, algunos parecen jugar con elementos de ciencia ficción, otros en cambio se acomodan más dentro del terror fantástico. Todos, no obstante, están elaborados bajo una base turbulenta desde donde la historia se desliza con ritmo imperturbable, siempre con fluidez, pero también siempre acercándonos a un terror escondido, a un lugar que nos llama morbosamente.

Empezamos con "Familia". Un relato macabro sobre una peste de origen sobrenatural que azota una familia. Las descripciones de la enfermedad te incomodan muchísimo en cada párrafo, pero quizás lo hace más aún la situación bajo la que se rige el ambiente de la familia protagonista, que recuerda a una miasma de putrefacción malsana. Me gusta cómo se va desarrollando el cuento y el final purificador.

Más relajado es el relato "Más allá de las ruinas". Un escenario, esta vez post-apocalíptico, selvático, salvaje, con nuevas especies depredadoras, es el marco donde se desarrolla una historia sobre la el ansia de libertad. El Eterno es un hombre modificado genéticamente que es venerado casi como un dios. Pero Kiara y Rau, dos jóvenes de la tribu que lo sirven, tienen otros planes que no pasan por la sumisión. Muy entretenido.

Probablemente esta sea una de las historias más perturbadoras. Me refiero a "El niño sin brazo", un cuento donde se plantea una situación tan imposible como terrible: Un niño pierde un brazo en un accidente y su madre acoge el brazo como un hijo más. Me ha encantado su originalidad, el texto tétrico y extravagante. Muy turbador. Me hubiera gustado, pero, una trama más desarrollada y larga. Creo que Romero tenía material para hacer un cuento aún más intenso.

Y el relato con una atmósfera más inquietante podría bien ser "El cadáver". Un hombre atropella a una persona y ésta muere. Abandona el cuerpo en la calle pero nadie lo recoge ni lo va a buscar nunca. Siempre que pasa por allí se encuentra el cadáver del fallecido. Romero hace un buen trabajo con un relato de terror psicológico narrado, además, en segunda persona. Un cuento que te acusa a ti de la muerte de una persona y que por mucho que quieras redimirte, parece que el golpe te perseguirá para siempre. El final, el encuentro un poco demasiado simple, quizás.

"Podría ser la hija perfecta" es otro relato inspirado de Romero pero que no sabe muy bien cómo terminarlo. De hecho, no es una historia demasiado clara pero sí que te atrapa desde el principio. Una niña inquietante parece ser perfecta pero esconde un terrible secreto. De hecho es mucho más terrorífico visualizar cómo afecta esta niña a su madre, que se pasa el día durmiendo, sedada, que por las acciones que realiza. Es un caso de relato donde la atención la tenemos que poner en los alrededores, lo que no se dice y se esconde. Aún así, hubiera agradecido un poco más de luz a la historia.

"Ahora solo queda la Ciudad" parece un cuento escrito expresamente para la situación que vivimos en todo el mundo en este 2020. Una crónica sobre una pandemia, con falta de esperanza incluida y acólitos huyendo de la Ciudad. Pero Romero trata a la Ciudad como si esta estuviera viva. El protagonista se aferra a los recuerdos y no se marcha de un lugar que está condenado a muerte aunque sentimos que la Ciudad lo quiere fuera, lejos de ella. Es un cuento muy onírico, bellamente escrito, que juega con el terror psicológico.

Una de las historias de Romero que me han parecido más bien acabadas es "El perro bajo tierra". Un buen cuento con la angustia como protagonista en torno a la figura de un perro muerto años atrás. Una trama repleta de sueños persecutorios que hacen recordar una travesura de la infancia. Además, añade mucha tensión en la relación que tiene el protagonista con su ex-pareja y su hijo, al que quiere proteger después de haber tenido sueños premonitorios. Posee un buen giro final que te deja buen sabor de boca.

Acabamos con "Vientre" donde volvemos a una gran ambientación catastrofista. En este caso en forma de una terrible fiebre y con experimentos que se aplican a las personas sanas. Una mujer que se dedica a ser madre de alquiler precisamente por ser inmune a la enfermedad querrá escapar de su situación actual con la ayuda de un viejo amigo. Tenemos otro relato con pocas explicaciones y con metáforas en forma de visiones oníricas que no me han acabado de convencer. El final es poco explicativo aunque te hace sentir que está en medio de una guerra. Creo que es una buena historia que necesita más extensión para apreciar debidamente.

Un muy buen libro de cuentos de Cristian Romero. Me quedo mucho con la sensación de extrañeza, especialmente por los relatos más de carácter terrorífico fantástico como "El niño sin brazos" o "El perro bajo tierra" pues me han proporcionar algún que otro escalofrío, y eso se agradece mucho. Romero sabe aplicar la presión perfecta para que sus cuentos nos atraigan casi de forma morbosa por cómo nos describe los efectos de sus más que malsanas ideas.

Eloi Puig,
29/12/2020

 

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Relatos que contiene esta antología:
Familia
Más allá de las ruinas
El niño son brazo
El cadáver
Podría ser la hija perfecta
Ahora solo queda la ciudad
El perro bajo tierra
Vientre