La Palabra mágica es "Parodia". El término
en que nos tenemos que fijar en esta antología de cuentos
de David Langford es este. Sólo leyendo el título,
ya podemos entrever de qué irá la obra y de hecho
el autor no te engaña en ningún momento: Se trata
de parodiar, de mofarse con más o menos acierto de algunos
autores clave dentro del género fantástico. De hecho
tenemos ejemplos tanto de Ciencia ficción, de fantasía
como de terror.
Langford realiza una introducción que mira de acercarnos
al hecho de la parodia, un estilo no muy preciado dentro el género
(excepto en el caso de Terry
Pratchett) porque de hecho intenta ridiculizar ideas y propuestas
de autores que de bien seguro escribían con toda la buena
intención del mundo. Lo que pasa se que hay parodias hechas
con mala leche y hay otras que pueden llegar a ser constructivas.
De una parte Langford se recrea exagerando algunos de los tics
literarios de algunos autores concretos, como es el caso de Asimov o de Michael
Moorcock y por otra parte realiza parodias de temática
más general como el caso de los cuentos de hadas o de las
increibles aventuras de los héroes espaciales de las novelas
de a duro.
El problema que tiene el lector es el de siempre: Para reirse de
una parodia hace falta conocer el hecho que se parodia, hace falta
poseer la complicidad necesaria para ver los dobles juegos que nos
propone el autor. En mi caso, tengo que decir que dejando a un lado
las parodias de temática general: Una damisela en apuros, Tras el incierto horizonte, a mano derecha, sólo conocía
algunas de las obras parodiadas, como es el caso de las que hacen
referencia a Dune (Duelo de palabras) o al personaje
de Elric (La pata rúnica).
Así pues, mi valoración global de la antología
se puede ver afectada por mi ignorancia al respeto a las obras parodiadas.
De todos modos, un cuento que está dirigido a exagerar los
defectos o las reiteraciones de un autor o personaje no necesita
un alto nivel de calidad literaria, simplemente un buen saveur
faire para hacer pasar unos momentos divertidos al lector. Un
compedio ideal para viajes en avión o en tren, para unas
vacaciones de las que quieres desconectar leyendo una obra que no
necesita ningún esfuerzo intelectual.
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