FANTASÍA HISTÓRICA
 

ELEMENTAL, QUERIDO CHAPLIN

(2005)

Rafael Marín

Editorial:
Minotauro (2005)

Colección:
Ucronía

Núm:
---

Páginas:
254


 
 
Elemental, querido Chaplin

"Una novela de Sherlock Holmes". Este es el subtítulo que define la novela que tenemos entre las manos. Así de simple? Óbviamente no. Detrás de esta sencilla frase se esconden muchas cosas más.

Rafa Marín es un autor que he seguido de forma desigual: Hace unos años leí -ya en la segunda edición de la novel.la- su opera prima y posible obra magna: Lágrimas de luz. Después le perdí la pista hasta que lo encontré dónde menos me esperaba: En el mundo del cómic, pues otra afición que compartimos el gaditano y yo son las aventuras y desventuras de los 4 Fantásticos, que él guionizó durante una temporada, colaborando con ese gran dibujante que es Carlos Pacheco.

Elemental, querido Chaplin es un título atrayente, un título que en el fondo no esconde nada: Bajo la premisa que Sherlock Holmes existió de verdad, -Marín nos lo deja bien claro en el Prólogo, con una divertida complicidad nada encubierta de Rodolfo Martínez y sus obras que también hablan del detective- el autor nos recrea aquel Londres de comienzos del siglo XX, con una trama de conspiraciones maquiavélicas, seres fantásticos y personajes misteriosos para que por una parte disfrutemos de una aventura atípica de Holmes y por la otra reconstruyamos en visión futura a un personaje real que acontecerá famoso: Charles Chaplin.

Marín mezcla la ficción con la realidad, tomando por una parte la vida real de Charles Chaplin en sus inicios como actor en Londres, y también de otros personajes que pisaron aquellas calles de Londres o Berna como Oscar Wilde o Albert Einstein con personajes de novel.la como el propio Holmes o Fu Man-chú. Una idea nada descabellada que ya dio sus frutos anteriormente bajo la mano del guionista Alan Moore y su magnífica La Liga de los Hombres Extraordinarios (no así la película del mismo nombre que resulta patética). Así pues la vida de Chaplin se verá inmersa en un caso de en Sherlock Holmes. Chaplin nos irá narrando sus experiencias en primera persona y poco a poco iremos viendo cómo crea el personaje que lo hará famoso una vez en América. Esta quizás es una de las partes más frescas de la novela pues Marín se lo hace venir bien para que tengamos deja vu constantemente de las películas de Chaplin: El Gran Dictador, Tiempos Modernos, y su personaje estrella: El vagabundo de sus films mudos.

Marín apuesta por un lenguaje directo en una novela que tiene una longitud perfecta. Aun cuando a veces le vienen aquellos ataques de barroquismo literario a que recorría a menudo en Lágrimas de Luz (creo que dedicar casi tres páginas a hablar de un mareo es exagerado). Pero la lectura en general es fluida e interesante. Intenta sorprender y lo consigue a veces y se deja leer con mucha placidez. El argumento en sí empieza bien para ir creciendo y distorsionándose a extremos muy curiosos y que demuestran la capacidad imaginativa de Marín. En contra me atrevería a decir que deja algún que otro tramo algo colgado, aunque la historia no se resiente. También añadir que el final es algo rápido y acabado quizás como si se tratara de una película de acción: Muy espectacular y poco razonado. Quizás la peor parte de la novela.


Marín juega fuerte con las vidas de Holmes y Chaplin. No hace falta ser un erudito de las novelas de Sir Arthur Conan Doyle para entender esta, pero ayuda el hecho de haber leído algo antes sobre el detective. Por su parte, me gusta la mezcla de que hablaba antes entre personajes ficticios en un mundo real y de las constantes referencias -directas o indirectas- a obras contemporáneas como Frankenstein o Drácula. La parte fantástica de la novela es precisamente este juego, esta mezcla de realidad y ficción, esta mención de palabras como "Vampiro" o "Muerte viviente" en un mundo dominado por la polícia de Scotland Yard.

También hay que decir que la intersección de los dos personajes principales- Holmes y Chaplin- se ve forzada, mal maquillada por un encuentro anterior entre los dos y que abre la novela. Pero en el fondo, lo que cuenta es que el gaditano ha tenido la buena idea de fabricar esta mezcla y de presentarnos una obra amena, detallada y constante. Una obra que no considero utópica tal y como insiste el editorial, si no del más puro estilo de la fantasía histórica.

 

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