Els quatre confins
CF- UCRONÍA
 
     
 
 
 
 

ELS QUATRE CONFINS
(2016)

Jaume Valor
Montero

Editorial:
Cruïlla
(2016)


Colección:
Cap a través

Núm:
---

Páginas:
391

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La república pneumática

 
     
Els quatre confins

La república pneumática, o lo que es lo mismo una ucronía histórica sobre cómo se hubiera podido desarrollar el imperio romano si hubiera dominado la tecnología del vapor, fue el inicio de una trilogía que hace un año Jaume Valor publicaba en catalán en Cruïlla y en castellano en Fantascy. Y ahora, la historia continúa en este segundo volumen, Els quatre confins (Los cuatro confines) aunque por ahora sólo en catalán (Fantascy incomprensiblemente parece que no sacará la continuación en castellano).

Ya comenté que esta ucronía que mezcla con mucho acierto el auge del Imperio Romano con la tecnología más steampunk me fascinó por las propuestas que soltaba, especialmente sobre especulación científica y política en un mundo preindustrial como el romano que de golpe descubre que el vapor - la ciencia- es más efectiva que la religión y las oraciones. Si bien el primer volumen nos presentaba bajo una mirada un poco juvenil estos parámetros, también introducía temas más relevantes como las expectativas de un imperio romano mucho más avanzado (aún más) que el resto del mundo. En el presente volumen hemos dejado un poco atrás el carácter más juvenil de la primera novela y nos centramos más en dos aspectos concretos: La aventura y la política interna de Roma. En cuanto la aventura, la novela nos traslada a las ignotas estepas y cordilleras de Asia central, en el límite del imperio romano y las tierras de nadie que tanto Roma como los chinos codician. Allí viaja en Marcus Novus; nuestro joven héroe quiere buscar el mítico Palacio de Jade para seguir el rastro de su madre. La primera sorpresa llega cuando nos topamos con que el grupo de amigos que acompañaba en Novus: Iulia, Caius Verus y Megistos se han separado; en algunos casos capturado y en otros huido. La aventura pues está servida desde la primera página. La compañía se ha disuelto en un santiamén. Bien por el autor que entra a matar enseguida, sin preámbulos.

Cada personaje estará confinado o se moverá por lugares y paisajes muy diferentes: Desde las lejanas montañas de Asia central o de Zhōngguó (nombre original de China que significa el "reino de en medio"), en el desierto de Egipto o en la misma Roma imperial. Cuatro confines del mundo, cuatro escenarios donde la aventura se va desarrollando a diferentes velocidades para tratar de confluir más adelante.

Pero hablaba también de la política en la capital del Imperio. El autor añade un curioso personaje para ayudar a que nos enteremos de lo que traman los pretores y el cónsul de Roma y obviamente seguimos encontrándonos nuestro carismático malo por excelencia, el pontífice Kyrilos Aranides - que no podemos evitar pensar en él como si fuera el emperador de Star Wars y más después de cierta escena. Decía pues que el autor nos incorpora un nuevo personaje, un esclavo mudo, un silent, que oye, escucha (y medita) las conversaciones de la jerarquía que domina el imperio: la próxima guerra contra Xi'in, el auge de las tropas de la legio Veritate, las represiones contra extranjeros o contra personas que no siguen el camino trazado por el pontífice etc. Ha sido una solución efectiva para que el lector siga las disquisiciones de Roma mientras también conoce las desventuras de los protagonistas esparcidos por medio mundo. Además recuerdo que Valor ha cambiado la prosa de la novela a una tercera persona pues era imposible seguir bajo una sola perspectiva teniendo tantos escenarios abiertos.

En esta novela el aire juvenil sólo se demuestra en algunos puntos, especialmente en los encuentros amatorios de Marcus Novus, pero en general tiene un carácter más oscuro donde el autor quiere hacer prevalecer el aire de guerra inminente haciendo referencia a actos que todos conocemos de la II Guerra Mundial. Parece que la corriente impulsada por el pontífice se haya erigido como un nuevo nacionalsocialismo que quiere imponer la raza del auténtico Romano. Y sí, los actos que son dirigidos desde la cúspide del poder de Roma están basados tanto en las barbaries nazis, así como en los actuales ataques preventivos que desgraciadamente vemos demasiado a menudo en las noticias. Sin olvidar algunas referencias a los kamikazes japoneses por parte del Imperio Xi'in. Nadie se salva cuando la guerra está a punto de estallar. Los paralelismos con el nazismo o la propaganda orweliana son evidentes (y no por ello desafortunados). Como contrapartida fantástica me ha gustado especialmente los ejercidos de Talos creados como parte de la artillería pesada romana aunque creo que se han explotado demasiado poco.

Otra peculiaridad ucrónica que trata de seguir los pasos de nuestro universo es el tema religioso. Sí que es cierto que el enfrentamiento entre Roma y Zhongguo es en el fondo una lucha entre la razón y los misticismo, entre la ciencia y la espiritualidad, pero el autor también ha querido apostar fuerte por la religión introduciendo el profeta, el mesías, encarnado aquí en la figura de Marcus Novus. Me ha parecido bien este guiño a Jesús – al cual en la novela se refiere en más de una ocasión por cierto, a las reuniones secretas, las contraseñas en forma de signos, las matanzas en el arena del circo ... pero no he notado en casi ningún momento el acercamiento del pueblo a la figura del tejedor - el supuesto nuevo mesías- pues los actos que éste realiza están demasiado lejos del epicentro del imperio para que cale en la gente. Aquí he encontrado una falta de profundidad en este aspecto.

Y poco a poco observamos que la aventura y los asuntos políticos internos de roma van dando lugar a una ucronía más basada en el espionaje y la resistencia, un poco como nos lo mostraba Harry Turtledove en las aventuras de espionaje de Agente de Bizancio, sólo que en este caso las intrigas suceden en este universo paralelo donde Jaume Valor ha situado el glorioso imperio romano y la ciencia neumática.

Si nos ponemos a analizar la obra un poco a fondo encontramos algunos aspectos mejorables: En primer lugar la poca concordancia temporal entre las acciones de los diferentes protagonistas. No sabemos nunca cuantos días o semanas hace que estos son en un lugar. ¿Como ha llegado la Iulia de vuelta en Roma? ¿Cuando hace que Marcus experimenta con las comunidades secretas? Son aspectos que no podemos atar y por tanto que ayudan a confundir al lector. Hasta el punto de que por ejemplo las aportaciones de Caius Verus son tan puntuales (en alguna ocasión se pasa unas 80 páginas sin aparecer) que no le encontramos demasiado el sentido. Esto provoca que cuando los protagonistas se reencuentran en mayor o menor medida, las casualidades forzadas en el tiempo son demasiado evidentes.

Por otro lado sigo con la sensación de que el autor es demasiado blando con los protagonistas pues tienen una habilidad innata para huir o para hacer que sus captores se enamoren de ellos de una forma poco creíble. Todo sale muy rodado, especialmente en los casos de nuestro militar, Caius, o del sabio Megistos.

Els quatre confins pues, es una continuación que evidencia una voluntad de cambio. Ya no nos centramos en un solo personaje, las tramas secundarias se multiplican y el escenario global cobra vida. De hecho estamos casi ante una guerra mundial en este universo ucrónico. El autor sigue ofreciendo un buen ritmo y esta vez escenas menos estereotipadas pero todavía falta algún golpe de efecto que nos sacuda fuerte. Sí es cierto que al final del libro se ocupa un poco de este aspecto pero los últimos capítulos dan un salto adelante en el tiempo y parecen más un resumen rápido que un continuación del ritmo que llevábamos hasta ahora. Y los golpes de efecto afectan menos en estos casos.

A diferencia de la primera novela donde se cerraban buena parte de las tramas, en esta segunda aportación, los hilos continúan abiertos. Esperamos que la tercera parte de la saga llegue pronto!

Eloi Puig, 23/05/2016

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