Planeta azul
CIENCIA-FICCIÓN
 
     
 
 
 
 

PLANETA BLAU
The stone gods
(2007)

Jeanette Winterson

Editorial:
Empúries
(2008)


Colección:
Narrativa

Núm:
329

Páginas:
257

Otras ediciones:

ESPAÑOL:
2008 Lumen. Narrativa

 
     
Planeta Azul

Jeanette Winterson es -era- un nombre totalmente desconocido para mí. De la misma manera que su libro Planeta Azul (The stone gods en el original) me pasó completamente desapercibido cuando fue publicado el año pasado por Empúries (Lumen en su edición en castellano). Curiosamente, esta novela me fue recomendada en más de una ocasión por autores de ciencia-ficción y finalmente me la compré. No se si estos autores me han hecho un favor o más bien me han dado un mal consejo, es difícil decirlo.

Planeta Azul es una enroscada historia de pura ciencia-ficción donde a veces te encuentras leyendo unos párrafos sublimes para poco después levantar la vista y preguntarte mentalmente si has entendido algo de lo que te decían. Verdaderamente, ha resultado ser todo un descubrimiento esta autora y también la novela... a pesar de que inestable y a veces confusa, creo que es un libro con mensaje, que trata de acercarnos a nuestra propia realidad de forma diferente; a veces poéticamente, otras usando un surrealismo entre humorístico y paródico, pero también de forma cruenta y visceral -la descripción de los mutantes provenientes de la selva muerta es uno de los momentos más intensos y chocantes de la novela, por ejemplo.

La autora vierte su personalidad en su obra. Por lo visto -después de consultar brevemente algunas fuentes- es una persona de carácter, que se mueve entre la cultura de lo que yo definiría como self-made woman (la mujer que se hace a sí misma) y las reivindicaciones en defensa de la homosexualidad y en contra de ciertos estamentos eclesiásticos. Estos aspectos, especialmente los sexuales, se ven reflejados en la novela, aunque sin ser una parte fundamental. Eso propicia que a veces nos topemos con escenas sexuales entre curiosas y divertidas -como un cunilingus con lengua vibratoria incluida entre la cabeza de la robot más adelantada del mundo y una jovencita alternativa- pero también con las mayores degradaciones sexuales que la humanidad puede llegar a alcanzar - la pederástica legal y vigente que nos ofrece al principio de la novela, en medio de una ambientación distópica terrible. En definitiva, esta alternancia tragicómica y el argumento desigual pueden trastornar nuestras expectativas convirtiendo la novela en una aportación muy surrealista -demasiado para mi gusto-.

¿Pero de qué nos habla Planeta Azul? El Planeta azul es una esperanza, un icono, un castigo. En la primera parte de la novela, una magnífica recreación de una sociedad distópica que está a punto de destruir Orbus, el planeta donde vive la humanidad, se descubre un nuevo mundo dónde volver a empezar: el Planeta Azul. Nuestra protagonista Billie, periodista mediática será enviada allí a consecuencia de sus acciones en contra del régimen – controlado por una multinacional- y  podrá ver cómo la humanidad destruye la vida de aquel planeta cuando aún ni se ha establecido, lanzando un meteorito que impacte con la finalidad de extinguir una raza monstruosa de dinosaurios... ¿nos suena eso?

La segunda parte se ubica en un escenario y un tiempo diferentes: la isla de Pascua (Rapa Nui) en el siglo XVIII-; allí una encarnación masculina de Billie (llamado Billy) verá con sus propios ojos cómo los aborígenes de la isla destruyen completamente su entorno en favor de unos hitos que al final se convierten en fútiles -cosa cierta por otro ado. Una metáfora genial para hablar sobre la actual situación del planeta Tierra: Si hacemos como los aborígenes y agotamos todos los recursos naturales -madera- para ayudar en la construcción de los Moais -los Dioses de piedra que dan título a la novela original- acabaremos como ellos, poblando un planeta que se desangra y que se vuelca en contra de sus habitantes.

En la tercera y cuarta parte volvemos a encontrarnos con una Billie, en este caso científica, que estudia la misma robot - Spike- que ya vimos a la primera parte pero donde intuimos que se trata de otra realidad... o de otro tiempo. La civilización de la Tierra está en plena tercera posguerra después de que las naciones del mundo se hayan lanzado material atómico las unas en las otras. Algunas ciudades sobreviven, guiadas por multinacionales... ¿la situación se repite pues?

La autora utiliza muchos paralelismos para intentar explicar la soledad de la raza humana y su teórica capacidad para sobreponerse a las penurias. Vislumbramos semblanzas entre las expediciones de James Cook por Oceanía -muy referenciadas durante toda la novela- y el descubrimiento del Planeta Azul pero la más clara es la referencia implícita a uno del paradigmas del esfuerzo y el sacrificio de la literatura inglesa: Robison Crusoe - Billie lleva por apellido Crusoe, como el mítico náufrago creado por Daniel Dafoe, y en la novela incluso sale un personaje que se llama Viernes. La protagonista intenta salir del círculo vicioso en que se ha convertido su sociedad: Por ejemplo no dejándose fijar la edad, luchando por sus propias ideas y no las impuestas por las multinacionales y sobre todo preguntándose siempre si hay alguna manera de impedir que se repitan los errores de la humanidad.

Vemos que la autora nos lanza continuamente un mensaje de repetición y de pesimismo hacia la raza humana. El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra dice el refrán. La humanidad no aprende de sus errores. Los habitantes de Rapa Nui tampoco. El universo da oportunidades a través del contínum temporal, o de diversas realidades, o de universos diferentes... quien sabe... pero nosotros no sabemos aprovecharlas, nos caemos una y otra vez en la destrucción de la civilización, volvemos a cometer los mismos errores, dejando que empresas nos guíen en nombre de la democracia, haciendo la vista gorda cuando los gobiernos occidentales hacen y deshacen en el tercer mundo.

He ahí una crítica explícita al capitalismo desmesurado, un llamamiento a la conciencia humana para que intente resolver un futuro que la autora prevé catastrófico tanto en el ámbito social como en el ecológico. Pero también es un llamamiento al amor. La atracción lésbica entre la protagonista y la robot es importante para la novela pues nos aclara uno de los hitos a donde probablemente quiere llegar Winterson. Sólo hay que repasar uno de los últimos párrafos del libro, que creo resume bastante bien las intenciones de la autora:

"Un universo cuántico, ni aleatorio ni determinado. Un universo de potencialidades que espera alguna intervención que afecte al resultado.
El amor es una intervención
¿Porque no lo escogemos"?

Así pues, una novela fresca y desinhibida... quizás demasiada caótica en algunos tramos donde la confusión plana por encima los actos de los protagonistas y del argumento. El estilo de la autora es más que interesante y ha realizado una novela ciertamente diferente pero repito: inestable, poco compacta, con muchos hilos que el lector tiene que unir y que no siempre es capaz de hacerlo - al menos un servidor no- pero también con momentos intensos y muy trabajados.

Es difícil valorarla en su justa medida, probablemente se merecería una segunda lectura con más profundidad. Por momentos he estado tentado de suspenderla, otros casi me decidía por el notable. Supongo que lo justo es que se me quede en un término medio... hasta la siguiente relectura si algún día se da lugar.

Eloi Puig, 14/09/09

 

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