El hombre en el castillo
CF- UCRONÍA
 
     
 
 
 
 

EL HOMBRE EN EL CASTILLO
The man in the high castle
(1962)

Philip K. Dick

Editorial:
Minotauro
(2010)


Colección:
Clásicos
Minotauro


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Páginas:
262


Otras ediciones:

1986, 2002 Minotauro

1987 Orbis. Biblioteca de ciencia-ficción, 98


 
     
El hombre en el castillo

Dick tiene la capacidad innata de desconcertar. Conmigo ya lo consiguió en Ubik pero ahora lo ha repetido. es claro que que quizás eso se debe al hecho de que me esperaba algo diferente de esta ucronia y eso en definitiva es culpa mía.

Las ucronías me han atraído siempre pero he leído pocas. Creo que es una rama de la ciencia-ficción que puede explotarse desde muchas vertientes, desde muchos ángulos y eso mismo es lo que Dick hace en esta obra. Lo que pasa es que yo me esperaba una historia con trasfondo político sobre lo que hubiera pasado si los nazis hubieran ganado la 2ª Guerra Mundial y Dick nos ofrece una interpretación que abarca desde los típicos asuntos de espionaje hasta los aspectos más espirituales (que no religiosos) de cómo hubiera evolucionado el mundo (al menos en los EE.UU.)

Así pues nos encontramos a los años 60 pero en un universo paralelo al nuestro, donde Alemania y el Japón han ganado la guerra a los aliados, donde buena parte de África ha sido esclavizada, los judíos continúan perseguidos y donde los EE.UU. se han dividido en dos partes: La costa este controlada por el Reich y la costa oeste por la nación nipona. Los americanos restan sometidos al poder tecnológico de Alemania y al poder espiritual traído por los japoneses.

A través de diversas líneas de acción, Dick nos presenta a una serie de personajes interconectados entre ellos de una forma u otra donde se muestra su vida diaria de manera que así el autor puede abarcar una parte importante de la sociedad americana, tanto la autóctona como la de ocupación. Tenemos personajes americanos, japoneses, alemanes, seguidores del Reich, espías, trabajadores rasos, y gente que no sabe por dónde navega, que no sabe cuál es su papel en este nuevo mundo. Y sólo una de estas líneas de acción nos trae las directrices de espionaje que quizás me esperaba encontrar, pero las otras acaban resultando más interesantes y reflejan el estado de ánimo de una población sometida y los problemas morales y existenciales de algunos de los sometedores.

Mi personaje preferido es el señor Tagomi, un alto cargo japonés que vive entre la tradición de su pueblo y los asuntos políticos a gran escala. Un hombre que es capaz de llevar muy adentro su religión budista y que es una clara referencia a la espiritualidad de la novela. Los japoneses, según Dick, son capaces de copiar todo aquello que asimilan... y en este caso han traído una gran parte de la cultura espiritual china... el tao, la consulta del libro de los cambios (I Ching) que por cierto buena parte de la población americana acaba siguiendo casi como una nueva religión etc ...

Por otra parte tenemos los personajes tópicos de las novelas de espías y de la guerra fría que aportan poco juego en la obra como no sea presentarnos la situación global a nivel planetario (podríamos decir que la Tierra actualmente está dividida entre el poder japonés y el alemán, con sólo algunos países neutrales). Pero también hay lugar para los personajes anónimos, los trabajadores que después de 15 años empiezan a ver la luz e intentan sacar la dignidad y aparcar la frustación, ni que sea a través del arte. Es una metáfora muy bonita por parte de Dick que el nuevo rostro de los EE.UU., tenga que salir a través del arte contemporáneo. El máximo representante de este grupo de trabajadores es el señor Childan que regenta una tienda de antigüedades "auténticas" americanas y que en un momento dado tendrá que escoger entre hacerse rico o sacar la dignidad que tiene dentro. Son en general pequeños dramas personales que muestran la visión perfecta de lo que Dick cree que sería la sociedad americana de la posguerra... si la hubieran perdido.

Y como colofón, tenemos la ucronia. No, no El Hombre en el castillo, si no La Langosta, una obra que escribe uno de los personajes (precisamente el que da tiítulo a la obra) que contempla el caso inverso en la ucronía que estamos leyendo: Que los aliados han ganado la segunda guerra mundial y los alemanes y japoneses quedan derrotados... ¿os suena? Dick vuelve a utilizar su prosa para hacernos dudar sobre lo que es real y lo que es falso... ¿qué ucronia es la auténtica? ¿O quizás conviven las dos? De hecho, eso no es importante, el mensaje del autor se encamina hacia otras direcciones, como es el hecho de haber utilizado tantos personajes y que muchos de ellos busquen en su interior las respuestas que no conocen.

Dick no ha construido la novela en una clásica estructura de presentación-nudo-desenlace... más bien juega con la variante nudo-desenlace-nudo... o sea una serie de historias con pequeños desenlaces, finales, que no repercuten en el argumento de la obra en sí si no que se convierten en el mensaje del autor. Un mensaje, sin embargo, algo confuso pero que proporciona unas horas de placer en una lectura más que interesante...

Eloi Puig

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