La gracia de los reyes
TFANTASÍA ÉPICA
 
     
 
 
 
 

LA GRACIA DE LOS REYES
The Grace of Kings
(2015)

Ken Liu

Editorial:
Alianza Editorial
(2016)


Colección:
Runas

Núm:
---

Páginas:
647

Saga:
Dinastía del Diente de León/ 1



 
     
La gracia de los reyes

Ken Liu es para muchos un autor desconocido. Sin embargo este escritor de origen chino afincado desde pequeño en los EE.UU., no había escrito sino cuentos hasta ahora. Pero estos relatos han sido siempre fuente de devoción de sus seguidores y han ganado numerosos premios de primer orden. Mi experiencia con él sólo había sido a través del cuento "mono no aware" incluido en la antología Terra Nova 3, un trabajo notable en clave de ciencia ficción pero que tenía un componente cultural muy importante que implicaba una especie de simbiosis entre especulación futura y análisis de la tradición y la manera de vivir del pasado.

La cultura y la inspiración asiática es también muy presente en su primera novela que tratamos hoy, La gracia de los reyes, que por cierto recientemente ha ganado el prestigioso premio Locus a la mejor primera novela. Ken Liu se basa en una historia real, en una epopeya china del s. XI d.C para narrarnos las aventuras y desventuras de hombres y dioses en las imaginarias islas de Dara. Un acercamiento a la cultura oriental a través de un escenario inventado y repleto de sentido de la maravilla. Un mundo sin magia - si exceptuando las aportaciones divinas- y que se mueve con los engranajes que proporcionan las influencias de la cultura de la China y el Japón medievales pero que tiene puntos muy atractivos que lo acercan al steampunk como por ejemplo máquinas de guerra a base de vapor y tecnología afín. Como se puede ver es una mezcla fascinante a la que no estamos acostumbrados -excepto quizá por las novelas ambientadas en la ucronía de La república Pneumática de Jaume Valor- pero lo que resulta más enriquecedor es comprobar cómo Liu nos escribe una crónica relatada con un lenguaje distante, omnisciente, como si estuviéramos escuchando una antigua leyenda narrada de forma neutral y que se aparta de las pasiones de los hombres, al menos desde el punto de vista narrativo. Si bien, actualmente estamos acostumbrados a que autores de género fantástico de la talla de Joe Abercrombie, Brandon Sanderson o el mismo George R.R. Martin apuesten por qué sus personajes sean puntales inalterables de sus obras, el caso de Ken Liu es diferente: Los personajes que integran su novela tienen un cierto protagonismo pero parecen talmente elementos de una composición más grande donde las individualidades no tienen excesiva cabida, pues el sentido general de la novela predomina por sobre las metas conseguidas por los que aparecen en ella.

En una página pueden morir veinte mil hombres y ser narrado desde una perspectiva lejana, poco enérgica y nada sentimental. Sus personaje aparecen y se esfuman menudo en pocas páginas pero sin que hayan tenido tiempo de crear un vínculo con el lector. Liu relata una crónica que no quiere detenerse a recrear grandes batallas con todo detalle o profundizar en sus protagonistas. El hecho de que la acción del libro transcurra durante muchos años todavía provoca más este sentimiento de alejamiento y de estar dirigiendo una historia de forma fría y poco convencional, pero no por ello menos válida.

Ken Liu genera de la nada el mundo de las islas Dara, un archipiélago con una isla principal y algunas pequeñas que la rodean y donde hasta hace poco años se zurraban los siete reinos Tiro, antiguos territorios que gozan cada uno del favor de un dios concreto. Pero desde hace unas décadas, un nuevo emperador surgido de una de las islas más pobres, el reino de Xana, ha unificado todos los reinos de Dara bajo un mismo gobierno. En una larga y sangrienta guerra ha vencido a todos los otros reyes, los cuales han sido desterrados a otros territorios. Los mismos dioses han establecido un pacto de no interferencia directa en los asuntos de los hombres pero cada uno de ellos intentará favorecer con maniobras de subterfugio a sus campeones para que el dominio de las islas de Dara se decante hacia sus intereses.

Mientras, la rebelión se palpa en el ambiente. Los pueblos de las diferentes islas están hartos de seguir el sueño unificador de un emperador que se ha vuelto déspota, pervertido por el poder. Y entre diferentes cabecillas y conspiradores dos nombres saldrán a la luz: Uno es Mata Zyndu, descendiente de una casta noble guerrera despreciada por el actual emperador y que sueña en luchar y recuperar la independencia de Cocru, el reino Tiro más meridional. Mata es una bestia de guerra, un formidable guerrero que inspira canciones entre seguidores y enemigos, un hombre que se mueve por el honor y el orgullo y que tiene un código en la vida que seguirá hasta la muerte. El segundo personaje es Kuni Garu, su antítesis. Un charlatán, un actor, un bebedor, un jeta al que su propia familia repudia. Pero un buen chico, inteligente, tal vez inseguro de sí mismo o de su potencial pero un líder nato, especialmente gracias a su lengua virtuosa. Ambos se levantarán contra el emperador y lucharán a su manera para restablecer la independencia de los estados Tiro de las islas de Dara. Y naturalmente una legión de seguidores los aconsejarán o traicionarán según convenga.

Y además tenemos la acción de los dioses. Su influencia es inevitable por mucho que se escondan y sus conversaciones llenas de la misma avaricia que rodea el poder de los hombres. Ellos también luchan, en otro plano, en otra tipo de guerra, donde los peones son los habitantes de las islas de Dara. Una aportación que me ha gustado especialmente y que me recuerda aquellas primeras novelas de fantasía épica que leía de adolescente donde los dioses se involucraban de forma tangible en el universo de los hombres.

Ken Liu, sin embargo, no sólo nos plantea un típico escenario bélico, sino que nos transmite constantemente un mensaje sobre el abuso del poder y sobre cómo este poder pervierte y cambia a todas las personas, por muy buenas intenciones que posean. La gracia de los reyes es una sucesión de luchas por la independencia, pero también entre estados, entre facciones, entre líderes y personas que evidencian la desconfianza que genera tener un oponente demasiado fuerte o preparado, un contrincante que puede hacer sombra a tu poder o a tu ambición personal. En el fondo es una crítica a la naturaleza de los nobles y de los reyes, de los que viven por sobre los demás y de cómo pretenden garantizar seguir haciéndolo. Pero si por un lado existe este mensaje, esta advertencia sobre la ambición, el autor también nos deja caer regularmente otro estado del alma humana: El de la esperanza para el futuro y concretamente y por el legado y la posteridad del nombre o la familia; especialmente preocupados están los principales gobernantes paor dejar huella sobre la tierra, para que las generaciones futuras hablen con devoción y nostalgia de los tiempos que les ha tocado vivir. Es un sentimiento muy natural, pero donde el autor se ha entretenido en exagerar en varios pasajes para evidenciar esta mezcla inestable entre la persecución de la eternidad y la lucha del presente para convertirse en alguien más poderoso.

El autor pues, nos ofrece una novela que si bien es algo larga, sigue un esquema bastante plano a pesar de poseer varios clímax en medio. Una novela de ritmo constante que no varía ni siquiera en alguna acción contundente o en alguna gran batalla. El aire de crónica antigua, como recuperada de los anales de la historia sigue siempre presente en la narración y este es su rasgo diferencial a lo que nos tenemos que acostumbrar para disfrutarla de forma cuidadosa

La Gracia de los reyes es una de las novedades que más hype (expectativas) había creado en el fandom, una peculiaridad que puede ser buena o volverse en contra si no se cumplen dichas expectativas. Hacía semanas que se hablaba tanto por el buen nombre del autor como para la edición que llegaba. Hablando de este último punto, la edición que ha hecho la gente de Runas es sencillamente maravillosa: Tapa dura con encuadernación interior con el mapa de las Islas de Dara a todo color - que por cierto es muy práctico cuando quieres consultarlo, tamaño de letra adecuado, márgenes... en definitiva un placer de lectura en este sentido.

La obra es totalmente autoconclusiva y a pesar de pertenecer a la trilogía de la Dinastía de los dientes de león. Ken liu ha entrado con muy buena nota al difícil mundo de la narración larga... ¡esperemos que para quedarse!

Eloi Puig

30/06/2016

 

Premios:

2016 Locus 1a novela

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