Arxipèlag
CF- UNIVERSOS PARALELOS
 
     
 
 
 
 

ARXIPÈLAG
(2023)

Guillem López

Editorial:
Mai Més LLibres
(2023)


Colección:
Catxap

Núm:
05

Páginas:
124

Il·lustració:
Danide

Otras ediciones:

No existe edición en castellano

 
     
Arxipèlag

Por todos es sabido que una obra de Guillem López nunca puede dejarte en la apatía o el aburrimiento. Porque no sólo te sorprende en cada nueva apuesta literaria sino que además el autor parece tener la capacidad de hurgar en tu cabeza para romper esquemas y para decirte algo parecido a… “¿Qué? ¿Esta no te la esperabas verdad?”. Y lo jodido es que no me lo esperaba no.

Arxipèlag es una novela corta, perfectamente encajada en esta colección de lo extraño que es Catxap de Mai Més Llibres: Un lugar donde el fantástico clásico se desvanece para buscar nuevas formas de mutación. Es, además, la primera incursión de una cierta extensión de Guillem López en catalán —obviamente en la variante valenciana—, y parece que poco a poco le hace cogiendo el gusto (recordemos que hace poco podíamos leer un cuento suyo también en catalán en el Freakcions 8)
 
Pero volvamos a Arxipèlag. Al igual que en esa extraordinaria narrativa que nos ofrecía en Lago negro de tus ojos, Guillem López sitúa la acción de la novela en el País Valenciano, concretamente en su capital, una València que se despierta desde hace un cierto tiempo con unos fenómenos inexplicables y perturbadores: Diferentes partes de la ciudad desaparecen de la noche a la mañana y son sustituidas por escenas de otra realidad, o al menos de una realidad que no concuerda con nuestro espacio tiempo. Como ventanas a otros mundos paralelos o que se asemejan a los nuestros pero que ofrecen una perspectiva diferente.

El fenómeno ha ido creciendo y apenas se ha detectado otra isla de visiones que surge en medio de la ciudad. La policía y los científicos, naturalmente, la aíslan aún más intentando averiguar las causas, pero hay cierta gente que se siente atraída por saber más sobre estos agujeros, sobre estos territorios ajenos a nuestro universo. Alba es una de ellas, una persona que necesita saber más y que espía siempre que puede dichas islas para buscar respuestas.

Alba imaginó todas aquellas islas, cada una con su pequeña realidad ajena al exterior, y pensó en esas esferas de cristal que contienen una escena en miniatura y que al agitarlas reproducen una nevada invernal. Un sitio dentro del que sólo podías imaginarte. Sí, esto era un poco. Valencia estaba perforada por esferas perfectas, visiones de algo que no existía pero que era imposible dejar de mirar”.

Nos encontramos con una historia que resalta la sensación de aislamiento de su población. No sólo de las personas que se atisban en las islas de espacio-tiempo sino también de la gente que las observa. Me han venido a la mente imágenes de la pandemia, con la gente en los balcones intentando asomarse más allá de la calle osentados frente al televisor para saber más del mundo de su alrededor inmediato. Y sobre todo una percepción de repetición que Guillem explota muy bien tanto en las islas observadas como en la vida real donde Alba intenta sobrevivir a una relación que se va rompiendo y alejando de forma inexorable.

Alba está, pues, atrapada en su vida cotidiana y el hecho de observar las islas le ayuda a salir adelante. Pronto se encontrará con otra persona, Lola, e incluso con una tercera, Pau, con la que compartirán la vigilancia de las islas espectrales. Aquí es donde la habilidad de Guillem López se pone de manifiesto creando misterio y dando pequeñas pistas de lo que está pasando. Incluso añadiendo la presencia puntual de un gato que abre mucho las puertas a especulaciones (como las que tuvimos en el Club de lectura virtual Farenheit que por cierto le recomiendo mucho).

Debo decir que el estilo de Guillem López en Arxipèlag lo he encontrado más contenido si lo comparo con otras novelas suyas donde creo se suelta más. Utiliza un lenguaje ligero y ameno pero quizás me esperaba más aquellas frases desgarradoras y aquellas descripciones oscuras y algo barrocas de otros trabajos suyos. Pero quizás aquí, ciertamente no hacía falta pues ya es bastante extraña la visión de una Valencia perforada por instantes repetitivos de espacios incomprensibles como para verter un lenguaje más rebuscado.

Sin embargo, la novela se me ha hecho corta. No por su resolución —impecable— sino porque quizás por la falta de varios capítulos más en torno al misterio y especialmente para poder desarrollar algunos personajes secundarios que nos quedan cortos o descabezados (sabemos poco de Lola y la presencia de Pau es demasiado testimonial por mi gusto).

Sea como fuere, su lectura rápida choca, sin embargo, con una premisa que no siempre es fácilmente asimilable. Quizás algunos detalles más de cómo interaccionan (o no interaccionan) las islas de espacio-tiempo con la ciudad de València se hubiera agradecido.

En algún momento de la lectura descubres que los capítulos tienen una numeración especial y pronto deduces que es la sucesión de Fibonacci y te das cuenta de que el autor quiere decirte algo entre líneas, y que nos muestra de refilón una espiral ascendente que quizás no le encuentres al sentido hasta que lees el último párrafo de la novela.

Una historia pues, que sobre todo da para hablar de ella, para buscar explicaciones más allá de las más evidentes y que estimula mucho nuestra imaginación y de las implicaciones que nos da la última página de esta historia. Una más que interesante novela corta, extraña, irritante también, y sobre todo viva y especialmente infinita. No digo nada más pero leédla y ya me lo contaréis.

Eloi Puig
15/07/2023

 

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